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Stellantis estudia el uso de combustibles sintéticos para descarbonizar su flota de vehículos ya en circulación

Stellantis ha comenzado a testar el uso de combustibles sintéticos en 28 familias de motores de combustión interna con el objetivo de evaluar si esta tecnología podría ayudar a descarbonizar su flota de vehículos actualmente en circulación. El grupo está midiendo desde la potencia hasta las emisiones de escape en modelos homologados bajo la normativa Euro 6 (es decir, fabricados desde 2014).

La empresa estima que las soluciones que se están probando podrían usarse en 28 millones de sus automóviles, lo que se traduciría en una reducción potencial de emisiones de dióxido de carbono de hasta 400 millones de toneladas entre 2025 y 2050. «La amplia adopción de e-fuels ofrecería a los clientes con vehículos de combustión interna ya existentes una opción fácil y asequible para descarbonizarlos«.

En paralelo, Stellantis ha confirmado su objetivo de pasar a vender exclusivamente coches eléctricos en el mercado europeo a partir de 2030. Al contrario que marcas como Porsche, la compañía capitaneada por Carlos Tavares no desarrollará nuevos propulsores capaces de funcionar con combustibles sintéticos, apostándolo todo a las baterías.

La Unión Europea planea prohibir la venta de automóviles nuevos que no sean cero emisiones a partir del año 2035. Las presiones de Alemania han forzado a que las autoridades contemplen una exención para aquellos modelos térmicos capaces de funcionar con combustibles sintéticos, por lo que la Comisión tendrá que presentar una propuesta sobre cómo articular esta excepción en otoño.

Alfa Romeo Tonale

Los combustibles sintéticos no serán viables para coches nuevos

Los e-fuels se obtienen a partir de hidrógeno y dióxido de carbono recapturado en un proceso que requiere un elevado gasto energético, a lo que deberíamos sumar la baja eficiencia intrínseca a los motores de combustión interna. Aunque su huella de carbono es neutra, al quemarse continúan liberando partículas y óxidos de nitrógeno, muy perjudiciales para la salud.

Mientras que un coche eléctrico a baterías aprovecha aproximadamente el 70% de la energía desde su generación, uno térmico alimentado por combustibles sintéticos se queda en un 14%. Dicho de otra forma, necesita el quíntuple de electricidad. Incluso si se alcanza la máxima escala posible, el precio de este tipo de carburantes rondará en el mejor de los casos los 2 euros/litro.

En la práctica, su uso solo será viable en coches de alta gama, así como para descarbonizar la flota actualmente en circulación, véase vehículos clásicos e históricos. Para automóviles nuevos, la industria ya ha tomado una decisión: el futuro será eléctrico o no será.

Fuente | Automotive News Europe

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