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La guerra de precios del coche eléctrico será la muerte de cientos de marcas en China. Europa, una cuestión de tiempo

Entre 2018 y 2020 las fuertes ayudas proporcionadas por el gobierno de China, así como la puesta en marcha de los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones, provocaron una avalancha de nuevas marcas de coches eléctricos. Una explosión que supuso el nacimiento de hasta 200 nuevos actores, que ahora se enfrentan a la dura realidad de la guerra de precios que amenaza con llevase por delante a la práctica totalidad de ellos.

Según un informe del servicio económico del diario japonés Nikkei, el número de fabricantes de los llamados «vehículos de nueva energía», es decir, vehículos con propulsión eléctrica o al menos híbrida, caerá en China desde los actuales 200, a entre 5 y 8 dentro de los próximos años.

Las razones se circunscriben principalmente a la enorme presión sobre los precios que ha surgido debido a la menor demanda del inicio de año, así como la caída de precios de los materiales, que ha favorecido a los grupos con mayor volumen de ventas.

Estos han podido iniciar una bajada de los precios de sus vehículos. Unas fuertes bajadas que además han tenido un efecto sobre la demanda de unos consumidores que temen comprar, y que los precios vuelvan a bajar al poco tiempo.

Según los analistas, solo sobrevivirán aquellos fabricantes que tengan una buena base económica como para amortiguar las turbulencias, y aquellos que cuenten con una gran capacidad de producción, que les facilite el conseguir una robusta economía de escala.

Las estimaciones indican que solo podrán mantenerse en el mercado aquellos fabricantes que tengan un gran grupo detrás como apoyo, lo que llevará a muchas fusiones, y aquellos con una capacidad de producción por encima de las 3 millones de unidades al año.

Los fabricantes occidentales se enfrentan a un desastre en China con cientos de miles de coches de combustión que no se podrán vender

Esto se traducirá que en menos de diez años, de las 200 marcas que operan en China, solo habrá como mucho ocho fabricantes de gran tamaño.

Una de las excepciones pueden ser según Nikkei marcas como Xpeng. Una de las startups nacidas al calor de las ayudas públicas chinas que no cuenta con un gran volumen, apenas 120.000 unidades el pasado año. Pero su colaboración con el gigante Xiaomi le permitirá disfrutar de un perfil más alto y sortear esta criba.

Pero está claro que se avecinan tiempos complicados para los grupos que no hayan hecho los deberes con el coche eléctrico, los cuales muchos de ellos podrán pasar a engrosar esa lista de marcas desaparecidas, y que con total seguridad es una tendencia que tendrá su extensión a los mercados occidentales. La cuestión es el cuándo.

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