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Bosch desarrolla un sistema para descargar baterías de coches eléctricos en 15 minutos y acelerar su reciclaje

El reciclaje será una de las claves para un desarrollo más sostenible del coche eléctrico, y según las estimaciones, para 2030 sólo en Europa se recuperarán 420.000 toneladas de materiales al año. Uno de los problemas que se enfrenta la industria es la llegada de baterías a carga en su interior, algo que ralentiza el proceso de reciclaje, pero que ahora Bosch ha encontrado la solución con una avanzada tecnología.

Y es que antes de proceder al triturado de las celdas y la recuperación de los materiales que le dan forma, como el litio, el cobalto, níquel…etc, la batería tiene que descargarse por completo. Algo que puede suponer en la actualidad esperas de hasta 24 horas y un proceso además de lento, bastante complejo desde el punto de vista logístico y de espacio.

La división Bosch Rexroth ha desarrollado un kit para completar la operación de forma automática, y además hacerlo en un plazo de tiempo mucho más corto. Una tecnología que ya ha sido entregada a los primeros clientes, y que permite descargar y luego desmontar las baterías en un proceso totalmente automatizado.

Los componentes de la batería que pesan hasta 150 kg se transportan a través de la unidad de procesamiento a una velocidad de 18 metros por minuto, lo que, según Bosch, equivale a ocho baterías de  que se descargan en menos de 15 minutos.

Una vez que los módulos de batería se descargan por completo, se desactivan químicamente para garantizar que no exista energía residual ni riesgo de descarga. Gracias a esto, cuando las baterías lleguen a la planta de reciclaje estarán completamente descargadas, listas para triturarse y recuperar sus valiosos componentes.

Un proceso de un alto valor añadido y que permite reducir el impacto de la producción de las baterías, como con la extracción de los materiales que le dan forma. Un reciclaje donde se pueden recuperar en torno al 95% de los componentes químicos, y de esta manera, reutilizarlos para la producción de nuevas baterías.

Y es que la economía circular no solo permitirá aumentar la sostenibilidad de la transformación energética de la sociedad de las fuentes fósiles a las renovables, y de los combustibles a la electrificación. También ayudará por el menor impacto que supondrá la reutilización de componentes.

Un proceso que además traerá empleo cualificado en lugares como España, que quiere convertirse en referencia en el sector y donde encontramos iniciativas como la que están poniendo en marcha gigantes como FCC Ámbito, filial de FCC Servicios Medio Ambiente, Iberdrola y Glencore, en colaboración con el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE), que han llevado a cabo un análisis en profundidad del mercado potencial de reciclaje de baterías en la Península Ibérica y trabajan levantar una gran planta de reciclado de baterías en nuestro país.

Un paso crítico que supone anticiparse a un futuro problema que puede convertirse con una buena gestión en una oportunidad industrial para España y Portugal de convertirse no sólo en potencias energéticas, sino también en referencias en la recuperación de los componentes que dan forma a las baterías con el enorme impacto que esto puede tener también ambientalmente, como en la creación de puestos de trabajo.

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