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Comienza la producción de los bloques de almacenamiento térmico, una alternativa económica a las baterías

La búsqueda de alternativas para amortiguar las intermitencias de las energías renovables ha llevado a los operadores a usar baterías. Pero estas son caras y sus capacidades limitadas. Es por eso que con el aumento de la demanda, se haya disparado el interés en alternativas. Una de las más prometedoras son los ladrillos térmicos que ya cuentan con sus primeras líneas de producción.

La empresa australiana MGA Themal ha confirmado que cuenta con los fondos para levantar su primera fábrica. Una línea de producción que será capaz de fabricar más 1.000 bloques por día, lo que es equivalente a 1 MWh diario.

Estos bloques se forman con dos componentes: Grafito y aluminio. El componente metálico tiene un punto de fusión de alrededor de 660° C, que es más bajo que la temperatura máxima del sistema durante el ciclo de carga-descarga. Uno se funde cuando se calienta para almacenar grandes cantidades de energía, y el otro actúa como una matriz, manteniendo el bloque en forma sólida e incrustando las partículas en fusión.

Durante el proceso de descarga, el calor almacenado en los bloques MGA se transfiere al agua que corre a través de los generadores de vapor, que crean vapor con las propiedades adecuadas para que las turbinas de vapor existentes puedan utilizarlo para generar electricidad y hacer funcionar turbinas y generadores.

De esa forma, durante las horas de menor demanda eléctrica, como las noches, estos bloques se cargan con los excedentes de las energías renovables. Una vez cargado el sistema, este comienza a liberar su calor para generar energía durante las horas de mayor demanda.

Además de sostenibles, este sistema cuenta con una vida útil extremadamente larga y según sus diseñadores podrá repetir el proceso de calentamiento y enfriamiento miles de veces. Algo que logra gracias a que todos los componentes están almacenados en un recinto, que está aislado térmicamente del exterior y lleno de nitrógeno para protección contra la oxidación.

Aspecto al que se añade otro punto a favor frente a las baterías y es su elevada estabilidad térmica, que le hacen susceptibles de ser instalados en mayor cantidad sin riesgo de incendio.

Pero sin duda uno de sus puntos más fuertes es que este sistema puede adaptarse sin problemas a las centrales térnicas de carbón existentes. Un aspecto que permitirá en gran medida mantener el empleo en estas centrales que suelen suponer un drama para la región cuando se produce su cierre. Algo que será cada vez más habitual debido a la pérdida de competitividad del carbón y la presión de las medidas de lucha contra el cambio climático.

La compañía se encuentra en plena puesta en marcha de la primera línea de producción demostrativa en su base de Tomago, Nueva Gales del Sur, que servirá como instalación demostrativa para comprobar que es posible desarrollar un sistema de almacenamiento de energía térmica que corrobore su escalabilidad y funcionalidad.

Según sus diseñadores «Estos sistemas TES pueden almacenar millones de kWh de energía de una manera más económica y duradera en comparación con otras soluciones d. Un conjunto de 3.700 bloques en nuestra unidad de demostración, aproximadamente del tamaño de un contenedor marítimo, almacena suficiente energía para alimentar a más de 135 hogares durante 24 horas”.

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