Un Toyota Land Cruiser de 1987 transformado en eléctrico ha logrado recorrer más de 7 kilómetros a casi 30 metros bajo el agua en Darwin, Australia. El origen de esta hazaña se remonta a 1983, cuando se realizó un intento similar con un Land Cruiser que terminó chocándose contra una roca apenas 3 km después de la salida.
Este experimento se convirtió en una leyenda urbana que ahora ha intentado replicar un equipo de ingenieros y buzos profesionales. El Land Cruiser eléctrico protagonista ha sido bautizado «Mudcrab» (cangrejo) debido a que, al igual que estos crustáceos, es naranja y se arrastra por el fondo del mar.
La unidad en cuestión cuenta con un motor eléctrico NetGain HyPer9 de 120 CV (88 kW) conectado a la transmisión original, así como con una batería de 32 kWh. Lógicamente, todo el sistema eléctrico tuvo que impermeabilizarse para aislarlo del agua, si bien no hizo falta adaptar ni los diferenciales ni la transmisión, ya que fueron diseñados originalmente para poder vadear ríos. Los neumáticos de 37 pulgadas se llenaron de agua para evitar que el coche flotara, y se utilizaron boyas inflables para sacarlo del barro cuando se atascara.
Un total de 30 buzos se fueron turnando cada 15 minutos para conducir el vehículo. El viaje comenzó a las 9 de la mañana y se extendió hasta las 9 de la noche, pues aunque estaba previsto que la travesía durara 7 horas, finalmente se necesitaron 12 horas debido al lodo y la arena del lecho marino, así como por la presencia imprevista de una tubería en el camino. Se batieron dos récords mundiales, los del viaje submarino más largo y el profundo realizados en automóvil.
El Toyota Land Cruiser eléctrico tardó 12 horas en completar el recorrido
A pesar de que la transformación en cuestión es bastante extrema, lo cierto es que las bondades de los coches eléctricos en conducción off-road son de sobra conocidas por los aficionados. La entrega de potencia y el par inmediato, unidos al control preciso que permiten los motores eléctricos, se traducen en un desempeño todoterreno sobresaliente. Tampoco podemos dejar de mencionar que la ausencia de escape facilita el vadeo.
Marcas como Jeep o Mercedes-Benz ya están trabajando en sus propios todoterrenos eléctricos. En el caso de la firma alemana, se partirá del conocido Clase G, cuya variante cero emisiones EQG adoptará un tren propulsor de cuatro motores para ofrecer un rendimiento por campo similar o incluso superior al de su hermano con motor de combustión interna.
Fuente | Electrek
