La startup Fisker ha confirmado que no pasa un buen momento económico debido a los elevados costes de poner en marcha una nueva marca. Algo que le ha llevado a despedir al 15% de su plantilla en una dinámica que nos recuerda a otras muchas iniciativas. La sorpresa ha saltado cuando ayer Reuters ha indicado que Fisker estaba en conversaciones con Nissan para llegar a un acuerdo de colaboración.
De momento la noticia no ha sido confirmada, ni desmentida, por ninguna parte, pero las noticias indican que Nissan estaría interesada en hacerse con la plataforma de Fisker, y ayudar a la marca norteamericana a lanzar su modelo más económico, la Alaska, que debería llegar en 2026.
Se estima que la operación rondará los 400 millones de dólares. Una cantidad pequeña dentro de esta industria que permitiría a Fisker recibir respiración asistida e intentar seguir unos meses más sus actividades, tanto aumento de producción como expansión de sus redes de ventas en un escenario donde la guerra de precios ha causado estragos entre las cuentas de las marcas con menor margen de maniobra.
Una Fisker que tiene como objetivo lograr aumentar su producción y alcanzar unas entregas de entre 20.000 y 22.000 unidades este 2024, lo que supondría duplicar las 10.193 unidades producidas el pasado año.
Nissan por su parte lograría acceder a una avanzada plataforma con un coste bajo y acelerando sus planes de desarrollo, principalmente pensando en el mercado de Estados Unidos, donde cuenta con al menos dos fábricas de donde podrían salir sus próximos modelos eléctricos.
Una Nissan que ha sido una de las pioneras dentro del sector del coche eléctrico, pero que se ha quedado muy atrás en las nuevas generaciones. Y eso a pesar de compartir tecnología y conocimientos con sus socios de Renault, que a pesar de quedarse también algo rezagados, han logrado reaccionar con el lanzamiento de la inminente Scenic, y del Renault 5, que ha sido la sensación del Salón del Automóvil de Ginebra.
Por su parte Fisker prepara su segunda fase de expansión en Europa, que incluirá España. Y lo hará de la mano de momento del Ocean como único representante.
Un SUV 100% eléctrico de tamaño medio (4,77 metros de longitud), que lucha en el segmento de modelos como el Ford Mustang Mach-E, Mercedes EQB, BMW iX3 o el Tesla Model Y.
El nuevo Fisker Ocean se ofrecerá en nuestro país con tres niveles de equipamiento y dos opciones mecánicas. La de acceso monta un único motor eléctrico, una batería de iones de litio más pequeña (73 kWh) y es de tracción delantera: desarrolla 210 kW (286 CV) de potencia y 369 Nm de par, pasando de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y alcanzando los 188 km/h de velocidad punta.
La segunda versión mecánica ya es de tracción total y tiene una batería superior (113 kWh de capacidad): la potencia sube hasta los 421 kW (572 CV) y el par hasta los 737 Nm, suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos. Su velocidad máxima es de 206 km/h/. Mientras que la autonomía en la versión de acceso se queda en los 464 kilómetros según el ciclo WLTP, con la batería más grande el Ocean puede recorrer 707 kilómetros con una carga.
Además, el Ocean está fabricado en suelo europeo: concretamente en la factoría de Magna Steyr en Graz (Austria). Y es que el SUV eléctrico norteamericano está asentado sobre la plataforma FM29, desarrollada en conjunto por Fisker y Magna.
Una propuesta que en España arrancará en los 45.480 euros en su versión de acceso, que suben hasta los 59.980 euros para la intermedia, hasta los 66.880 euros de la más radical.
