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Los fabricantes lo tienen claro: el principal problema para la popularización del coche eléctrico en Europa es la infraestructura de carga

Los planes de la Unión Europea para prohibir la venta de automóviles nuevos con motor de combustión interna (exceptuando aquellos que funcionen exclusivamente con e-fuels) a partir de 2035 podrían fracasar por la lenta expansión de la infraestructura de carga, que no está avanzando al mismo ritmo que las ventas de coches eléctricos.

En su último informe, Automotive News Europe hace hincapié en que esta situación preocupa más a los fabricantes que el debilitamiento de la demanda o la discontinuación de las ayudas públicas en países como Alemania. Martin Sander, director de la división de vehículos eléctricos de Ford en Europa, lo ha dejado claro durante una reciente entrevista.

«Es necesario acelerar drásticamente [la construcción de puntos de carga]. Si esto no sucede, en 2035 los clientes no tendrán la posibilidad de conducir sus vehículos eléctricos por toda Europa, porque simplemente no será práctico«.

Actualmente, Tesla opera la mayor red de carga rápida para coches eléctricos del viejo continente, siendo esta una de sus principales fortalezas frente a la competencia. A pesar de los esfuerzos de grupos como BMW, Ford, Hyundai, Mercedes-Benz y Volkswagen, que se han unido para crear la red IONITY, todavía se encuentran muy lejos del líder del sector.

Punto de carga de Zunder

España, por detrás del resto de Europa

Incluso en países como Francia, donde la infraestructura de carga está muy desarrollada, todavía hay mucho margen de mejora. «Las estaciones en autopista de Francia tienen puntos de recarga fiables, de calidad y que funcionan. En París también hay una infraestructura de carga que funciona bien. Donde hay un gran problema, y ​​donde el gobierno necesita acelerar, es en las zonas semiurbanas, en las vías nacionales. No hay nada allí», explica Vincent Salimon, máximo responsable de BMW en Francia.

España se sitúa a la cola de Europa en este aspecto. «Nos hemos quedado muy lejos de esos 45.000 puntos de recarga marcados para lograr los objetivos del PNIEC para 2030 y este año la exigencia aumenta hasta los 64.000, dos veces la red actual», señalaba hace unos días José López-Tafall, director general de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones).

«El despliegue de puntos de recarga interurbanos lleva más tiempo que el deseado y, si no aceleramos y resolvemos la falta de coordinación y gobernanza, el binomio mercado-infraestructura se desacopla. Por eso hay que acelerar y fijar objetivos vinculantes no a 2030, sino ya para 2024, 2025 y así año tras año. La Ley de movilidad Sostenible debería ser la herramienta para conseguir esa gobernanza».

Fuente | Automotive News Europe

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