La gama del Volkswagen ID.3, compuesta hasta el momento por los modelos Pro y Pro S, acaba de ampliarse con las variantes deportivas GTX y GTX Performance. Su planteamiento es similar al de los Golf GTI y GTI Clubsport: mientras que la primera es más polivalente, la segunda se presenta como una opción más radical.
Estas versiones de altas prestaciones se distinguen por sus paragolpes con una rejilla romboidal y unas luces diurnas en forma de flecha, así como por el uso de diversos detalles en negro brillante (retrovisores, arcos del techo, faldones…). Los faros Matrix LED IQ.LIGHT se incluyen como parte del equipamiento de serie. Las llantas son de 20 pulgadas y montan neumáticos de 215 (GTX) y 235 (GTX Performance).
Siguiendo los pasos del exterior, el interior muestra una atmósfera más deportiva. La tapicería mixta de tela y cuero sintético luce unas bonitas costuras rojas, un detalle que también se puede encontrar en el salpicadero y en los medallones de las puertas. Los asientos ergoActive opcionales disponen de ajuste eléctrico, función memoria y una tapicería de microfibra compuesta en un 71% de material reciclado.
La palanca selectora de marchas, que en otros ID.3 se encuentra a la derecha del cuadro de instrumentos, se ha trasladado a la caña de dirección, dejando espacio para una generosa pantalla de 12.9 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento. El asistente de voz IDA con reconocimiento del lenguaje natural integra la tecnología de ChatGPT, y el Head-up Display con realidad aumentada se ha perfeccionado para mostrar la autonomía restante prevista y el consumo medio.
Un auténtico hot hatch eléctrico
Al contrario que los ID.4 GTX, ID.5 GTX e ID.7 GTX Tourer, que tienen tracción total, los recién llegados siguen siendo de tracción trasera, como el resto de integrantes de la familia ID.3. El nuevo motor APP550 rinde 286 CV (210 kW) en el GTX y 326 CV (240 kW) en el GTX Performance, logrando un 0-100 km/h en 6.0 y 5.6 segundos respectivamente. La velocidad punta es de 180 km/h (GTX) y 200 km/h (GTX Performance), frente a los 160 km/h de los Pro y Pro S.
La batería también es inédita: con 79 kWh útiles (84 kWh brutos), le otorga al GTX una autonomía estimada de 600 km WLTP. Posiblemente el GTX Performance homologue la misma cifra que el CUPRA Born VZ de idéntica potencia: 570 km WLTP. En cuanto a la carga, alcanza un pico de 175 kW en corriente continua (10-80% en 26 minutos).
A nivel de chasis habría que destacar la dirección progresiva y el empleo de unas barras estabilizadoras más fuertes. El GTX Performance añade además la suspensión adaptativa DCC, que se controla a través de un nuevo gestor de dinámica de marcha parametrizado. El regulador de la DCC utiliza más señales de sensores que antes, distinguiendo mejor cómo se mueven las ruedas y la estructura para controlar los amortiguadores con algoritmos perfeccionados.
