Los últimos avisos de China a sus marcas de coches eléctricos y a Alemania no gustarán a los políticos europeos
China está pasando al ataque en diferentes frentes para defenderse de los aranceles que se quieren imponer en Europa y para salvaguardar los intereses –y secretos– del gigante asiático. Sus últimos avisos ponen en alerta a los políticos europeos.
5 min. lectura
Publicado: 19/09/2024 08:33
El dominio de China en la industria del coche eléctrico es total. Las ventas están demostrando que el trabajo realizado inicialmente hace ya más de una década está teniendo sus frutos, hasta el punto que a día de hoy más de la mitad de las ventas en el gigante asiático están protagonizadas por vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables.
En China, además, los coches eléctricos ya no son coto privado de los compradores más pudientes. La industria ha logrado llevar al mercado vehículos eléctricos asequibles, algo precisamente de lo que adolece Europa y que está provocando la primera ‘crisis’ de ventas y entre las marcas desde que se inició el crecimiento de sus matriculaciones.
Y todo ello llega después de muchos años en los que el gobierno chino ha realizado una fuerte y arriesgada apuesta por este tipo de vehículos. Algo que también, por cierto, le ha valido para ganarse las acusaciones desde Europa de competencia desleal por unas subvenciones consideradas como «injustas». Esto último es lo que ha llevado a la Comisión Europea a imponer fuertes aranceles contra la exportación de los coches eléctricos chinos.
Tras años en los que la industria china se ha aprovechado para ganar toda la experiencia necesaria, procedente también de los fabricantes europeos que buscaban hacer negocio allí, China está preparada para volar sola y expandirse internacionalmente con sus cada vez más convincentes coches eléctricos. Las marcas están ya trabajando por asentarse en Europa y levantar sus propias plantas de producción de vehículos, pero los aranceles adicionales de la UE están levantando ampollas entre ambas regiones.
El gobierno chino lleva meses amenazando a Europa por la introducción de estos aranceles, los cuales ya les han llevado a iniciar sus propias investigaciones o avisar con posibles reprimendas contra la exportación de productos lácteos, cárnicos, bebidas alcohólicas o incluso contra los vehículos con grandes motores de combustión procedentes del Viejo Continente. Lo último ha sido escuchar al ministro de Comercio, Wang Wentao, en su visita a Europa, avisar al gigante alemán que estos aranceles «interferirán gravemente con la cooperación comercial y de inversión», y perjudicará tanto a China como a Alemania.
En este sentido, China está jugando un papel fundamental en Europa, presionando a ciertos países como Alemania para favorecer la votación que habrá próximamente en la UE para decidir si se sigue adelante con los aranceles. «Esperamos que Alemania, como miembro central de la UE, tome la iniciativa y desempeñe un papel activo e inste a la Comisión Europea a mostrar voluntad política y trabajar junto con China para resolver adecuadamente el caso».
Recordemos también que el gobierno de China quiere poner una serie de ‘normas’ a sus fabricantes que quieren establecerse en Europa. Un movimiento que, según informó Bloomberg, busca proteger aún más los intereses del gigante asiático. El Ministerio de Comercio china habría emitido una directriz a los fabricantes de equipos originales (OEM) a apostar por una estrategia de exportación de knock-down kits. Es decir, de kits desmontables, en lugar de levantar fábricas para la producción completa de sus vehículos. La clave está en realizar la mayor parte de la producción en China, utilizando componentes y trabajadores del país, y enviar dichas piezas al extranjero para su montaje en fábricas europeas, en este caso.
Una estrategia que Chery ya está realizando en su llegada a las antiguas instalaciones de Nissan en Barcelona, así como SAIC en su fábrica de Pakistán. De esta forma, se busca optimizar la exportación desde China y reducir el impacto de los aranceles impuestos a los productos terminados. También así las marcas chinas evitarían algunos costes vinculados a la producción total en el extranjero, además de poder proteger sus secretos comerciales y mitigar los riesgos económicos y regulatorios.