El presidente de Ford vuelve horrorizado de China. «Estamos ante un riesgo existencial»
El Director Ejecutivo de Ford ha regresado de un viaje a China donde ha podido ver en primera persona lo avanzado que están los fabricantes locales, que ya superan el 50% de ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables
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Publicado: 16/09/2024 09:45
Hace unos días, el Director Ejecutivo de Ford, Jim Farley, regresó de su último viaje a China. Y lo hizo convencido de lo que muchos medios llevamos avisando desde hace años. La velocidad de desarrollo y la visión de los fabricantes chinos. Algo que los grupos tradicionales no han querido ver, y que ahora amenaza incluso a su existencia más allá de las fronteras del gigante asiático.
Lo que el Sr. Farley ha visto en China es coches con autonomías de 400 o 500 km, con precios de menos de 15.000 euros. Coches con tecnologías muy avanzadas, mucho más que los occidentales, a precios de saldo. Algo a todas luces fuera del alcance y la comprensión de los directivos tradicionalistas.
El máximo responsable de Ford incluso se ha llevado varios coches eléctricos chinos a Detroit para ser analizados. Modelos como el Xiaomi SU7, que ha dejado alucinado a todos con sus avanzadas tecnologías. Un auténtico Porsche Taycan por una fracción de su precio, que cuenta con sistemas capaces de conectarse con la vivienda para encender la climatización o las luces a la llegada del propietario.
Y es que desde hace tiempo, Ford es conocedora de la velocidad a la que se están moviendo los grupos chinos. Han analizado propuestas como la líder del mercado, BYD, que les ha sorprendido por su avanzada y sencilla ingeniería, además de sus buenas capacidades de dinámica. Ya no hay un apartado que los chinos no hayan controlado y mejorado.
Riesgo existencial para los fabricantes tradicionales
Y es que hasta ahora, Ford y el resto de marcas, se han centrado en hacer frente, o aparentarlo al menos, a Tesla. Pero incluso solo teniendo en cuenta a los de Elon Musk, los números han sido muy malos, con constantes pérdidas económicas e incluso reducción de la producción de muchos modelos.
Pero lo de Tesla amenaza con quedarse en nada comparado con lo de China. Y es que los grupos asiáticos están expandiéndose por Europa, pero también con una velocidad impensable por otras regiones menos importantes en cuanto a publicidad, pero que suman unidades al balance general: América Latina, África, Oriente medio…etc.
Mercados que los grupos chinos están atacando con sus propuestas de precio razonable, tanto de combustión, como híbridos y eléctricos. Tienen todo lo que el cliente necesita, a precios más competitivos.
Incluso se atreven a empezar a asediar al mercado norteamericano, con plantas en México, que les darán acceso a Estados Unidos y Canadá gracias al tratado de libre comercio.
Ante esto, el gobierno estadounidense ha decidido meter la cabeza bajo la arena y poner aranceles del 100% a los coches eléctricos chinos, algo que no hará más que agrandar las diferencias a favor de los asiáticos, que podrán seguir evolucionando sus productos en un entorno altamente competitivo, mientras los americanos se duermen poco a poco hasta su desaparición.
Opinión. Europa, siguiendo los pasos de Estados Unidos
Europa tenía la posibilidad de dar un paso adelante con la competencia de los coches eléctricos chinos, que habrían empujado a unos grupos europeos que tendrían que avanzar o morir. Una motivación incuestionable que les habría proporcionado posibilidades de hacerse con una parte del marcado aprovechando los últimos coletazos del valor de marca, que se está diluyendo poco a poco.
Pero en lugar de eso, han decidido suicidarse con aranceles que no solo frenarán la transición energética del continente, enorme y peligrosamente dependiente energéticamente, sino que también hará que los fabricantes locales frenen sus proyectos de coches eléctricos económicos, para estirar un poco más el chicle de los motores de combustión, salvar los próximos trimestre, y sus bonus, todo a costa del futuro que es cada vez más negro en la potente industria automovilística europea.
Una industria dirigida por viejas glorias que diseñan coches eléctricos como los de combustión, sin ninguna imaginación ni ninguna pasión, con egos alimentados por buena parte de la prensa especializada del motor, que se ha resistido al cambio minimizando o ridiculizando al coche eléctrico, tendiendo de esa forma una alfombra roja a los grupos chinos.
Una banda que sigue tocando mientras el barco se hunde, con unos burócratas de Bruselas que no hacen más que ensanchar la vía de agua, y que preparan los más que posibles planes de rescate de los grupos europeos con dinero público.