Prueba BYD Seal RWD, uno de los mejores coches eléctricos chinos del panorama (Vídeo)
El Seal es uno de los modelos insignia de BYD, así como una muestra de lo rápido que están evolucionando los fabricantes chinos en los últimos tiempos. En esta prueba vamos a evaluar hasta qué punto se trata de un producto competitivo frente a las propuestas de los grupos «tradicionales».
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Publicado: 22/10/2024 10:32
BYD se ha convertido en un tiempo récord en uno de los jugadores más importantes de la industria china. La firma asiática no solo ha logrado erigirse como la marca más vendida en su país natal, superando por el camino a Volkswagen, sino que también es el principal productor de coches eléctricos e híbridos enchufables del planeta.
Por si esto fuera poco, también se sitúa como el segundo mayor fabricante de baterías para automóviles eléctricos del mundo, solo por detrás de su compatriota CATL. Su firme apuesta por la asequible química LFP (litio-ferrofosfato), que en los últimos tiempos está comenzando a ser adoptada incluso los grupos occidentales, es una de las claves de su éxito.
En la actualidad, BYD se encuentra en pleno proceso de expansión internacional. Uno de sus principales objetivos es Europa, donde se ha propuesto convertirse en un jugador clave en los próximos años. Para ello, está desplegando una completa oferta de vehículos enchufables con los que busca cubrir los principales nichos del mercado.
Uno de sus modelos insignia es el sedán Seal, que se encuadra en el segmento D (berlinas medianas). Se trata de uno de los estandartes de la familia Ocean, una subgama creada específicamente con los mercados internacionales en mente. ¿Es una propuesta a la altura de la buena fama cosechada por BYD en los últimos tiempos? En esta prueba trataremos de dar respuesta a esta pregunta.
BYD Seal: diseño e impresiones del interior
El BYD Seal mide 4.80 metros de largo, 1.88 metros de ancho y 1.46 metros de alto, con una batalla de 2.92 metros. Se trata por lo tanto de un rival directo del Tesla Model 3, aunque en su país natal también se enfrenta a propuestas como el XPeng Mona M03, que debería llegar a nuestro mercado más adelante.
Es un vehículo muy aerodinámico (Cx de 0.22) con un diseño moderno y agradable. Los grupos ópticos son full LED; eso sí, se echa en falta la posibilidad de equipar unos faros matriciales adaptativos, una opción cada vez más común en la categoría. La temática marina de la serie Ocean queda reflejada en elementos como las «branquias» que nos encontramos en la ventanilla de custodia y los faldones.
Las llantas son de 19 pulgadas de serie; en cuanto a la zaga, hace gala de unos bonitos pilotos continuos que, si bien no destacan por su originalidad (es una solución estética muy de moda en la actualidad), le dan un aspecto deportivo y elegante. La frase «Build Your Dreams» que podíamos leer en las primeras unidades del modelo ha desaparecido, dejando algo vacía visualmente la tapa del maletero.
El habitáculo exhibe una selección de materiales muy cuidada, ya que se emplea plástico acolchado en la zona superior del salpicadero y en las puertas; además, también hay algunas superficies textiles en la plancha frontal y en los medallones de las puertas. Los ajustes se sienten sólidos y bien rematados. En definitiva, su calidad percibida no tiene absolutamente nada que envidiar de los fabricantes tradicionales.
El salpicadero tiene unas formas muy orgánicas y originales; desafortunadamente, el reciente restyling introducido en China ha traído consigo un tablero más rectilíneo y convencional, así como un volante de cuatro radios en lugar del de tres que podemos encontrar en nuestra unidad.
La instrumentación digital de 10.25 pulgadas ofrece mucha información, pero su diseño se ve algo anticuado y los datos pecan de estar un poco «apelotonados». Lo mismo podemos decir del infotainment, que se asocia a una pantalla táctil giratoria (podemos utilizarla en formato vertical u horizontal) de 15.6 pulgadas.
El sistema multimedia se basa en Android (no el Android Automotive que podemos encontrar en los Polestar, Renault y Volvo eléctricos, sino un Android de smartphone), y si bien su respuesta es satisfactoria por rapidez de respuesta, la capa de personalización de BYD resulta algo desangelada.
En términos de ergonomía, uno de los puntos que menos me han gustado del habitáculo del Seal es que las salidas de aireación están motorizadas y deben orientarse desde la pantalla, lo que obliga a apartar la vista de la carretera. Aunque el climatizador tiene algunos accesos directos físicos en la consola central (donde también hay un doble cargador inalámbrico para smartphones), la mayoría de funciones se aglutinan en un submenú.
Los asientos delanteros son extremadamente cómodos, integran los reposacabezas y cuentan con calefacción y ventilación. Las plazas traseras son las típicas de un coche chino, pues hay muchísimo espacio para las piernas (no tanto en altura y anchura) a costa, eso sí, del maletero, que cubica unos exiguos 402 litros, cifra digna de un compacto medio metro más corto. El portón está motorizado, pero el botón de apertura se sitúa en una posición muy baja y la boca de carga es muy pequeña. En el frente hay un pequeño frunk de 52 litros.
Al volante del BYD Seal
La gama española del BYD Seal está compuesta por dos versiones: Design RWD de tracción trasera y Excellence AWD con tracción integral. Ambas comparten su batería LFP (litio-ferrofosfato) de 82.5 kWh de capacidad, diferenciándose por su sistema de propulsión: mientras que el RWD tiene un único motor de 313 CV (230 kW), el AWD dispone de dos propulsores capaces de rendir 530 CV (390 kW).
La variante menos potente completa el 0-100 km/h en 5.9 segundos, cifra que se reduce a 3.8 segundos en el modelo superior. La velocidad punta es en ambos casos de 180 km/h. El RWD homologa 570 km WLTP de autonomía y el AWD se queda en 520 km WLTP. En cuanto a la carga, alcanza un pico de 11 kW en corriente alterna y de 150 kW en corriente continua (30-80% en 26 minutos y 10-80% en 37 minutos).
Su arquitectura es de 400 voltios, pero con el antes mencionado restyling, que debería llegar a Europa en 2025, se ha introducido un sistema de 800 voltios que reduce notablemente los tiempos de carga (30-80% en 20 minutos y 10-80% en 25 minutos). En su mercado natal existe una opción de acceso de 231 CV (170 kW) y 61.4 kWh rival del Tesla Model 3 RWD, si bien no está claro que vaya a llegar a nuestras carreteras.
El Seal RWD tiene una amortiguación muy blanda, lo que le proporciona un elevado confort de marcha a costa de la agilidad. Eso sí, al pesar dos toneladas, se siente muy estable y aplomado. Su hábitat natural es la autopista, donde ofrece una calidad de rodadura excelente, algo a lo que ayuda la buena insonorización, producto de emplear ventanillas laminadas. El Seal AWD tiene una puesta a punto diferente, pero dado que todavía no he podido conducirlo, no puedo deciros si cambia demasiado respecto a su hermano.
Durante el test de autonomía a 120 km/h, el coche registró un consumo medio de apenas 17.8 kWh/100 km, una cifra muy contenida que refleja el buen trabajo realizado por la marca en términos de eficiencia. En estas condiciones (temperatura ambiente de 20º C, climatizador a 24º C), el alcance real se sitúa en 420-460 km. Un punto que creo que BYD debería mejorar es la forma en la que da los consumos, ya que solo hay dos opciones: el consumo medio durante toda la vida útil del coche y el consumo durante los últimos 50 km. No se puede seleccionar un trayecto específico.
Las ADAS siguen siendo otra de las tareas pendientes. Con el control de crucero adaptativo conectado, el coche no empieza a acelerar como sí lo hacen otros cuando ponemos el intermitente para adelantar, lo que te deja «vendido»; por otro lado, el centrado de carril requiere de muchas correcciones. Es posible que esto se solucione con el Seal 2025, que integra un sensor LiDAR en el techo y un sistema de conducción semi-autónoma de nueva generación con capacidad para circular por vías urbanas y aparcar de forma automática.
Gama y precios
El BYD Seal Design RWD tiene un precio de partida de 46.990 euros antes de ayudas, mientras que el Excellence AWD se va a los 48.990 euros. El primero es marginalmente más caro que el Tesla Model 3 Long Range RWD equivalente (44.990 euros), el segundo por su parte cuesta exactamente lo mismo que el Model 3 Long Range AWD.
Como ocurre en la mayoría de automóviles asiáticos, el equipamiento del Seal es cerrado y solo se puede elegir el color de la carrocería y la tapicería. Las diferencias entre los Design y Excellence son mínimas: el tope de gama añade un Head-up Display, suspensión adaptativa… y poco más. El resto de elementos (climatizador bizona con bomba de calor, techo panorámico, asientos eléctricos con calefacción y ventilación, cámara de visión 360º, control de crucero inteligente, conectividad vía Android Auto y Apple CarPlay…) son de serie en ambas terminaciones.
Conclusiones
El BYD Seal es un producto que demuestra lo rápido que han evolucionado los fabricantes chinos de un tiempo a esta parte. En apartados como el diseño, la calidad de acabados, la habitabilidad o el confort de marcha no tiene nada que envidiar a los modelos europeos; además, también ofrece un buen nivel de prestaciones sin comprometer la eficiencia.
No todo es ideal, pues todavía quedan puntos por mejorar, incluyendo la escasa capacidad de su maletero, el funcionamiento de los asistentes a la conducción y los tiempos de carga, si bien los dos últimos pronto deberían verse solventados con la llegada del facelift.