Alfa Romeo vuelve a atizar al gobierno italiano y le pide que se centren en la verdadera «amenaza»: las marcas chinas
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Publicado: 18/04/2024 08:00
Cada día que pasa es un capítulo más en la más en la ‘telenovela’ en la que se ha convertido la relación entre Stellantis y el gobierno italiano. La última polémica se generó tras las críticas del Ministro de Industria del país, Adolfo Urso, a cuenta del nombre del anteriormente conocido como Alfa Romeo Milano (ahora Junior), que será fabricado en Polonia.
A pesar de que el fabricante italiano no estaba incumpliendo con la ley sobre el uso de los nombres del país en productos fabricados en el extranjero, Alfa ha querido curarse en salud y decidió contra pronóstico cambiar el nombre de su nuevo SUV eléctrico. «Decidimos cambiar el nombre, aunque sabemos que no estamos obligados a hacerlo, porque queremos preservar la emoción positiva que siempre han generado nuestros productos y evitar cualquier tipo de polémica», aseguró en su momento el CEO de Alfa Romeo, Jean-Philippe Imparato.
Este mismo ha vuelto a lanzar un mensaje respecto a esta polémica, y esta vez el destinatario ha sido, de nuevo, el gobierno italiano, así como los políticos europeos. En declaraciones para Autosport, Imparato se mostró sorprendido ante «un revuelo que nunca hubiera soñado», y no entiende lo sucedido cuando se sabía desde hace años que el Milano (ahora Junior) se iba a fabricar en Tychy, Polonia, por una mera cuestión de costes, ya que los Jeep Avenger y Fiat 600e, con los que comparte plataforma, se producen allí. «No puedo inventarme una solución local».
Imparato apunta al gobierno italiano… y a los fabricantes chinos
Parte de las tensiones entre Stellantis, que abarca tres marcas italianas como Fiat, Maserati y Alfa Romeo, se debe a que el gobierno italiano lleva ya un tiempo ‘coqueteando’ con la opción de atraer inversión extranjera para incrementar sus niveles de producción en el país.
Esta inversión procedería directamente de las marcas chinas, con quien el gobierno ha tenido ya alguna conversación, e incluso Tesla. Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ya advirtió a los políticos italianos de no ofrecer incentivos a los que consideran un gran rival para la industria europea.
Así lo ha hecho ver también Imparato, el jefe de Alfa Romeo, quien ha lanzado un mensaje claro: que los políticos europeos se centren en la «creciente amenaza» de los fabricantes de automóviles chinos que se están expandiendo por el Viejo Continente, y que representan un «riesgo central» para Stellantis y toda la industria automovilística continental en el futuro.
Imparato ha hecho mención a dos de sus rivales y a su particular estrategia y guerra de precios: «Cuando ves a MG lanzando un coche con un precio de 16.000 euros en España, estoy seguro de que están perdiendo toneladas de efectivo, pero están llenos de eso. Ves a Tesla recortando 10.000 euros o más y reduciendo los márgenes europeos, y ves a algunos de nuestros competidores alemanes en China trabajando al -40% en términos de descuento para salvar sus traseros. Cuando ves eso, tienes que ser firme en el coste total de producción de cada coche».
Jean-Philippe Imparato sigue con ejemplos claros de la industria automovilística y pide, grosso modo, que se olviden de las polémicas con los nombres de sus coches. Sobre todo, cuando asegura que los próximos Stelvio y Giulia de nueva generación se fabricarán en Italia a partir del 2025 y 2026, respectivamente. Además, Italia será el único país europeo de donde saldrán vehículos tanto de la plataforma STLA Medium como de la STLA Large de Stellantis.
Imparato asegura que, solo tomando únicamente el 1% del mercado europeo (unos 150.000 vehículos) se abre un importante interrogante en una fábrica europea. «Cada vez que un competidor (en referencia a las nuevas marcas chinas), se hace con el 1% de la cuota de mercado, se generan dudas sobre una fábrica. Si se hacen con 10 puntos de cuota de mercado, se ven comprometidas 10 fábricas. Esto es muy preocupante, porque en esta fábrica hay gente, y ni siquiera hablo de los proveedores. El impacto podría ser enorme».