Mantener precios altos, la solución de la Unión Europea para acabar con los aranceles a los coches eléctricos chinos
Bruselas y Pekín están cada vez más cerca de alcanzar un acuerdo que suponga el final de los aranceles proteccionistas contra los coches eléctricos fabricados en el país asiático… pero conllevará el establecimiento de precios mínimos.
La Unión Europea podría poner fin a los polémicos aranceles que recientemente impuso a los coches eléctricos fabricados en China de forma inminente. Según informa Automotive News Europe, Bruselas y Pekín estarían a punto de alcanzar un acuerdo que pondría punto final a la disputa, evitando con ello que la situación escale hasta una guerra comercial en toda regla.
Bernd Lange, presidente del Comité de Comercio de la Unión Europea, ha confirmado que la solución al conflicto será el establecimiento de precios mínimos. «Estamos cerca de llegar a un acuerdo: China podría comprometerse a ofrecer coches eléctricos en la Unión Europea con unos precios mínimos. Esto eliminaría el problema de la competencia distorsionada a través de subsidios injustos, razón por la cual se introdujeron originalmente los aranceles».
Aunque en su momento Europa defendió el establecimiento de unos precios mínimos de 35.000-40.000 euros, es posible que la cifra final se aproxime a los 30.000 euros ofrecidos en octubre por el Gobierno chino. Esto acercaría a modelos como el MG4 Electric a las tarifas de la competencia europea (Citroën ë-C4, Renault Mégane E-Tech, Volkswagen ID.3, etc).
Recordemos que esta medida solo afectará a los vehículos procedentes del país asiático. Por lo tanto, aquellas unidades ensambladas en el viejo continente (grupos como BYD o Chery ya han anunciado su intención de fabricar localmente sus coches eléctricos en un futuro próximo) competirán en igualdad de condiciones con los productos autóctonos.
El acuerdo entre Bruselas y Pekín podría suponer el desbloqueo de nuevas inversiones chinas en Europa
En un principio, este acuerdo debería desbloquear nuevas inversiones chinas en regiones como España, ya que Pekín pidió a sus fabricantes que congelaran sus planes de expansión europeos hasta que se solucionara la disputa. Posiblemente en los próximos meses se confirmen proyectos como la gigafábrica de baterías de CATL en Zaragoza, que todavía no ha recibido luz verde por parte de las autoridades.
Tampoco podemos perder de vista que grupos como Great Wall Motor o SAIC también han mostrado interés en levantar plantas en suelo nacional. Y es que, al contrario que países como Polonia, que votó a favor de los nuevos aranceles hace escasas semanas (lo que ha llevado a Leapmotor a cancelar sus planes para ensamblar sus coches eléctricos en Tychy, optando por Alemania o Eslovaquia), España se abstuvo, lo que podría terminar resultando beneficioso para nuestros intereses industriales.
Fuente | Automotive News Europe