El gobierno italiano se encuentra en conversaciones con varios fabricantes de automóviles, incluida la estadounidense Tesla y la china Chery, para el establecimiento de plantas de producción de coches eléctricos en el país. Sin embargo, esto no parece haber gustado nada a Carlos Tavares, CEO de Stellantis, matriz de FIAT, Alfa Romeo, Lancia y Maserati.
El directivo ha advertido que la llegada de grupos chinos a Italia podría conllevar algunas decisiones difíciles, incluido el cierre de plantas. «Si alguien quiere introducir competencia china, será responsable de las decisiones impopulares que podrían tener que tomarse. Si estamos bajo presión, lo único que podemos hacer es acelerar nuestros esfuerzos para aumentar la productividad y ser competitivos».
El ejecutivo justifica esta amenaza explícita con la posible pérdida de participación de mercado y volumen de ventas que sufriría Stellantis si las marcas chinas se afianzan en Europa. «En ese caso quizá no necesitemos tantas plantas como las que tenemos ahora. Estamos preparados para la batalla, pero en una batalla hay bajas. Estamos invirtiendo mucho en Italia».
En los últimos meses, Stellantis ha sido muy criticada en Italia por su estrategia trasladar la producción de algunos de sus modelos a regiones con menores costes laborales. Está previsto que este viernes se lleve a cabo una huelga para protestar por los planes de la compañía de eliminar miles de puestos de trabajo en el país transalpino. De acuerdo con los sindicatos, la empresa prevé suprimir aproximadamente 3.700 empleos como parte de sus últimos ajustes para reducir costes.
Stellantis planea eliminar hasta 3.700 puestos de trabajo en Italia
Las declaraciones de Tavares resultan especialmente irónicas si tenemos en cuenta que actualmente está estudiando producir en la planta de Mirafiori (Turín) vehículos eléctricos de la firma china Leapmotor, en la que Stellantis posee una participación del 20%, con el objetivo de compensar el bajo volumen de producción del centro.
Por el momento no parece que vayan a llegar a buen puerto ni la fábrica de Tesla ni la de Chery, en el primer caso porque todos los esfuerzos parecen estar centrándose en ampliar la capacidad de Giga Berlín, y en el segundo porque todo apunta a que es inminente un acuerdo con las autoridades españolas para ensamblar modelos de la marca Omoda en las antiguas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, operadas por EV Motors y QEV Technologies.
Fuente | Automotive News Europe
