
Tiemblan los alemanes. El Zeekr 9X redefine la categoría SUV Premium
El fabricante chino Zeekr lanzará este año un gran SUV premium que puede ser la primera aproximación de la marca a los híbridos enchufables, con variantes eléctricas, pero también una con extensor de autonomía.

El fabricante de vehículos eléctricos Zeekr, parte del Grupo Geely, ha mostrado las primeras imágenes oficiales de su nuevo SUV insignia, el 9X Grand. Este modelo, que debutará en el Salón del Automóvil de Shanghái a finales de abril, representa la entrada de Zeekr en el segmento de los híbridos, con posibilidad de contar con versión eléctrica pura, pero también una variante con extensor de autonomía.
El 9X Grand destaca por su diseño robusto y elegante, con una longitud superior a los 5,2 metros, sus líneas recuerdan ligeramente al Range Rover, con detalles como los tiradores de puertas incrustadas y un aspecto diferencial con un frontal que incorpora faros angulares y una parrilla similar a la del monovolumen Zeekr 009.
De momento no hay muchos detalles de este modelo, que apostará por el lujo, con un interior que se espera brille a gran altura, con un amplio equipamiento destinado a hacer más cómodos los grandes viajes, espacio para hasta siete pasajeros y una amplia zona de carga.
También heredará los avanzados sistemas de conducción autónoma de la marca, con un sensor LiDAR en el techo, que se sumará a un conjunto de sensores y cámaras, que deberían permitirle poder acceder a un elevado nivel de conducción autónoma.
Se espera que el precio del 9X Grand supere el millón de yuanes (aproximadamente 127.000 euros), consolidándose como una opción de lujo en el mercado chino. Las entregas están programadas para el tercer trimestre de 2025 en China, con una llegada que tendría que esperar a 2026.
Un salto adelante en un segmento premium muy rentable, dominado hasta ahora por las marcas europeas, pero donde los grupos chinos se abren paso tanto para dominarlo en su mercado, como también para hacerlo en una Europa donde podrá lograr hacerse un hueco por las débiles apuestas de los grupos locales que poco a poco se quedan sin nichos de refugio.