Alemania sufre hasta 70 robos diarios de cables en cargadores para coches eléctricos

Alemania afronta una oleada de robos en su red de recarga pública de coches eléctricos, con hasta 70 cables sustraídos al día. El cobre se revende por apenas 40 euros, pero la reparación deja los cargadores fuera de servicio durante semanas. Los operadores buscan soluciones a la desesperada, aunque por ahora sin éxito.

Alemania sufre hasta 70 robos diarios de cables en cargadores para coches eléctricos
Estación con los cables de carga cortados

3 min. lectura

Publicado: 04/09/2025 09:00

Por si no fuese ya de por si difícil encontrar una estación de cargar rápida en funcionamiento, ahora la infraestructura de recarga en algunos mercados se enfrenta a una actividad más antigua que ella, pero que se está adaptando a los nuevos tiempos. El robo de los cables de carga en las estaciones públicas para sustraer el cobre.

Según medios alemanes, se están robando hasta 70 cables de cargadores públicos al día, una cifra que refleja la magnitud del problema y que ha sido calificada como una auténtica plaga por los operadores. El objetivo de los ladrones es sencillo: vender el cobre que contienen los cables en el mercado negro, aunque la ganancia real sea muy baja frente al enorme coste que provocan.

El valor del cobre en un cable de recarga ronda los 40 euros, pero la reparación de cada punto de carga cuesta varias veces más y, en muchos casos, implica dejarlo fuera de servicio durante unas dos semanas. Esta situación no solo genera pérdidas económicas, sino también un grave perjuicio para los usuarios, que se encuentran con menos disponibilidad de cargadores en un momento en el que el uso de coches eléctricos crece de forma constante.

Los fabricantes y operadores están reaccionando. Alpitronic, uno de los principales proveedores de cargadores, ha lanzado una actualización de software para detectar en tiempo real un robo de cable, mientras que la energética EnBW, la mayor red de recarga rápida en Alemania, ha reforzado la videovigilancia en sus estaciones. Sin embargo, estas medidas solo ayudan a gestionar mejor los incidentes, pero no impiden que ocurran.

La facilidad de acceso a los puntos de carga públicos facilita la tarea de los ladrones. Muchos cargadores están en aparcamientos de supermercados o zonas poco transitadas por la noche, lo que los convierte en un blanco fácil. La propia EnBW ha reconocido que 2025 está siendo el peor año hasta ahora en cuanto a robos.

Más allá del impacto inmediato, la industria se empieza a debatir si este fenómeno podría ir más allá de simples delitos de oportunidad. Algunos expertos señalan que la red de recarga forma parte ya de la infraestructura crítica del país, y no se descarta que estos ataques puedan tener también un trasfondo más organizado o incluso geopolítico. Por ahora, la policía no ha confirmado ninguna de estas hipótesis y no dejan de ser teorías.

Lo que sí está claro es que, mientras no haya una solución efectiva, los operadores tendrán que seguir reparando, sustituyendo y asumiendo unos costes que, inevitablemente, acabarán repercutiendo en el precio final de la recarga para los conductores.

Este artículo trata sobre...