
Nadie quiere coches eléctricos usados: los precios se hunden y el mercado se estanca
El mercado de coches eléctricos usados se hunde en pleno crecimiento de las ventas de coches nuevos. Los precios caen en picado y los concesionarios no logran venderlos. Una tormenta perfecta que tiene como consecuencia la aparición de chollos cada vez más jugosos.

Mientras el mercado de coches eléctricos nuevos mantiene un ritmo estable en Europa, el mercado de segunda mano atraviesa una crisis profunda. Los concesionarios acumulan stock, los precios no paran de caer y la desconfianza del comprador frena cualquier intento de recuperación. Según un estudio de la organización alemana Dekra, más del 60% de los potenciales compradores descartan adquirir un coche eléctrico usado, una cifra que no solo no mejora con el tiempo, sino que empeora respecto a hace dos años.
Los concesionarios lo reconocen sin rodeos. En muchos concesionarios ya se niegan a aceptar coches eléctricos usados como parte del pago. “Los eléctricos no se mueven. Nadie los quiere y las unidades se quedan meses en exposición”, confiesa el responsable de un gran grupo multimarca. El problema afecta a todo tipo de marcas, desde las generalistas hasta las premium. La falta de demanda ha llevado incluso a varios fabricantes a provisionar fondos adicionales para compensar las pérdidas que dejan estos coches sin salida comercial al final de sus contratos de leasing o renting.

La diferencia entre el mercado nuevo y el de ocasión es abismal. Mientras los coches eléctricos nuevos representan cerca del 20% de las matriculaciones, las ventas de usados son prácticamente residuales. Los compradores citan tres motivos principales: la desconfianza en la degradación de la batería, la pérdida de autonomía y la incertidumbre sobre el valor de reventa.
Un 43% de los encuestados afirma que no se fía de la capacidad real de las baterías con varios años de uso, y un 41% teme quedarse corto de autonomía. Paradójicamente, solo un 27% menciona la falta de puntos de carga como un factor decisivo, lo que evidencia que la desconfianza técnica pesa más que la infraestructura.
Los expertos advierten que, si no se revierte esta tendencia, el colapso del mercado de ocasión eléctrico podría generar un efecto en cadena. Con cada año que pasa, más coches eléctricos llegan al parque de segunda mano, y sin demanda suficiente, los precios seguirán cayendo. El director general de Dekra, Jann Fehlauer, lo resume así: “A medida que aumentan las matriculaciones de coches eléctricos, el mercado de ocasión se vuelve vital. Pero los compradores siguen sin confiar en ellos. Si los vendedores quieren éxito, deberán demostrar fiabilidad y transparencia”.
Caída de precios récord y exceso de oferta

La realidad en los portales de compraventa es contundente. Los descuentos alcanzan cifras que hasta hace poco eran impensables en modelos eléctricos de alta gama. Un Audi e-tron 50 o 55 quattro con menos de 15.000 kilómetros, que nuevo costaba más de 70.000 euros, se puede encontrar hoy por debajo de los 25.000 euros. El desplome es aún mayor en el caso del Porsche Taycan, con pérdidas de valor que superan el 50% en apenas dos años, y mucho más para unidades con tres o cuatro años.
Lo mismo ocurre con el Mercedes EQS 450+, una berlina de lujo que partía de más de 120.000 euros nueva. Ahora ronda los 40.000 euros en el mercado de ocasión...y bajando.

El panorama no mejora para los modelos más comunes. Incluso el Volkswagen ID.3, uno de los eléctricos más vendidos de Europa, ha sufrido una depreciación mucho mayor que su equivalente diésel en otras épocas. Versiones con menos de 20.000 kilómetros se ofrecen por menos de 18.000 euros, cuando nuevo superaba con facilidad los 38.000 euros. En el caso de Tesla, el que fuera el referente de estabilidad en valor residual también se ha visto afectado: un Model 3 con dos años y tracción trasera ya se vende por debajo de los 20.000 euros en modelos con menos de 80.000 km.
El resultado es un mercado saturado, con coches eléctricos anunciados durante meses sin que nadie los compre. Los concesionarios acumulan stock que se devalúa semana tras semana, y los compradores, conscientes del exceso de oferta, aprietan las negociaciones hasta el límite. En un contexto donde los eléctricos nuevos reciben incentivos y actualizaciones tecnológicas constantes, los usados quedan relegados a un segundo plano.

A largo plazo, la situación plantea un dilema estructural: sin un mercado de ocasión sólido, la transición puede perder su equilibrio. Los coches eléctricos nuevos seguirán aumentando su presencia, pero si nadie quiere los antiguos, el sistema se volverá insostenible. La solución pasa por reforzar las garantías sobre las baterías, ofrecer certificaciones técnicas transparentes y crear canales específicos de reventa respaldados por los propios fabricantes.
Conclusión, estamos entrando en la era de los chollos. Si buscas un coche eléctrico y te parecía muy caro incluso de segunda mano, vuelve a mirar ya que los precios están empezando a derrumbarse.
Fuente | Dekra