
Prohíben la venta y producción de Tesla en su mayor mercado y le dan 90 días para solucionarlo
Tesla afronta un nuevo reto por el uso de la denominación "Conducción Autónoma Plena" en sus vehículos, y ahora un juez ha determinado que tendrán que detener tanto la venta como la producción de coches hasta que solucionen este problema.

Tesla se ha encontrado con un serio contratiempo en California, el mayor mercado del fabricante en Estados Unidos. La justicia del estado ha impuesto oficialmente un veto a la venta y producción, aunque de momento la medida no se está aplicando de forma inmediata. El motivo es que la marca dispone de 90 días de margen para corregir la situación antes de que el castigo sea efectivo.
El origen de todo esto no está en un fallo técnico concreto ni en un problema de seguridad puntual, sino en los nombres que Tesla utiliza para sus sistemas de ayuda a la conducción. Tanto Autopilot como Full Self-Driving generan, según el tribunal californiano, unas expectativas que no se corresponden con la realidad del producto.
Y es que, pese a su denominación, ningún Tesla puede conducirse por sí solo. Incluso con Autopilot o con Full Self-Driving activado, el coche necesita siempre la supervisión constante del conductor y, en muchas situaciones, también su intervención directa. Para la justicia, estos nombres pueden inducir a error al consumidor, algo que en California se toman muy en serio.
Por este motivo, a Tesla se le ha impuesto un veto de 30 días a la venta y fabricación de sus modelos, entre ellos el Tesla Model 3 y el resto de la gama. Sin embargo, el Departamento de Vehículos Motorizados de California, equivalente a la DGT en España, ha decidido suspender de inmediato la aplicación del veto durante 90 días.

Este periodo de gracia tiene un objetivo claro: dar tiempo a Tesla para corregir el problema. Y aquí la marca tiene dos caminos posibles. El primero sería lograr que Autopilot y Full Self-Driving cumplan realmente lo que prometen, es decir, una conducción completamente autónoma. Una opción que, a corto plazo, parece poco realista. La segunda alternativa es mucho más sencilla: cambiar la forma en la que se presentan estos sistemas.
De hecho, Tesla ya ha empezado a moverse en esa dirección. En el configurador estadounidense, junto a la opción Full Self-Driving, ahora aparece la palabra Supervised, dejando claro que el sistema funciona bajo supervisión del conductor. Un pequeño matiz que puede marcar una gran diferencia a nivel legal. En otros mercados, como el europeo, este cambio todavía no se ha aplicado, aunque tampoco existe por ahora una amenaza de veto similar.
Así que, al menos de momento, Tesla puede seguir vendiendo coches eléctricos en California, pero el aviso es claro. La época de los nombres grandilocuentes empieza a chocar con la realidad legal y técnica, y el margen para seguir jugando con esa ambigüedad se va estrechando para el fabricante americano.


