¿Te comprarías este SUV eléctrico por 5.000 euros?

Dicen que la desgracia de unos puede ser la suerte de otros, pero en este caso esa “suerte” viene con riesgo de insomnio. Y es que probablemente estemos ante una de las subastas más llamativas de este final de año en Suiza. El Oficina de Embargos del cantón suizo de Vaud saca a la venta seis Fisker Ocean casi nuevos con una puja mínima que parece una broma: 5.000 francos suizos, unos 5.300 euros.

Un escaparate surrealista: seis Ocean casi a estrenar por 5.300 euros

Los protagonistas de esta historia, que se repite por muchos mercados de Europa, son seis unidades del Fisker Ocean que serán subastados. Hablamos de unidades de 2023 y 2024, con pinturas metalizadas Azul, Negro o Gris oscuro que todavía brillan como recién enceradas. Y lo mejor —o lo más inquietante— está en los odómetros:

• Un Ocean negro (chasis 9.888) marca 23 km. • Otro, gris oscuro (chasis 10.869), tiene 9 km.

Vamos, que no han pisado la carretera. Ni vídeos promocionales han debido grabar. La puja arranca en 5.000 francos. Sí, cinco mil. Para un SUV eléctrico que hace nada costaba entre 40.000 y 60.000 euros según configuración.

A primera vista, para quien busque un coche eléctrico exótico, diferente o simplemente barato, esto pinta a oportunidad tan irrepetible que cuesta hasta creerla...hasta que vemos los detalles.

Fisker Ocean y su ruleta de fallos: entre la batería 12V, las alarmas locas y las llaves rebeldes

Aquí empieza la verdadera aventura. Comprar uno de estos Ocean es, básicamente, adoptar un coche a medio terminar en cuanto al software. Las anotaciones oficiales de la administración son todo un poema.

El fallo más repetido es el mismo que ha dado dolores de cabeza a muchos propietarios: la batería de 12V. En casi todos los coches aparece como “débil”, “vacía” o incluso “4%”incluso cuando se cambia por una nueva. En un coche eléctrico moderno esto es sinónimo de sistema electrónico colgado, y un Fisker Ocean no es precisamente minimalista en electrónica.

En uno de los vehículos se puede leer: “Alarma activada permanentemente, luces de emergencia activadas permanentemente.”

La administración avisa además de que hay que llevárselos en grúa, que no hay garantía de que la batería de alta tensión tenga carga suficiente y que no se puede asegurar que el coche vaya a moverse aunque lo intentes con toda la fe del mundo.

Las llaves también son un festival: • “No reconoce el mando.” • “Pila agotada.” • “No reconoce la llave.”

La mayoría arrancan solo con un booster, lo que deja claro que la electrónica está hecha un lío. En uno incluso han añadido un cortacorrientes en la calandra delantera y la manecilla del conductor está dañada.

Quien quiera lanzarse a esta aventura debe tener claro qué está comprando: una marca en quiebra, sin servicio posventa y unos coches que probablemente necesiten una reprogramación profunda o una revisión técnica muy especializada para volver a ser funcionales.

Esto es un todo o nada. O te llevas un SUV eléctrico premium por cuatro duros tras cambiar una batería de 12V y actualizar software, o te plantas en casa con el mejor pisapapeles del lugar.

Está claro que los que opten por su compra tendrán que tener dos perfiles muy claros. Mecánicos con experiencia en software que sean capaces de reprogramar el sistema y eliminar los problemas. El resto serán los que busquen desguazar el coche y vender sus partes clave, como motores, baterías...o valientes sin miedo a tirar 5.000 euros más gastos.