El popularmente conocido como caso Voltgate, el incendio de una unidad del Volt tres semanas después de un crash test, ha levantado mucha polvareda en los últimos meses, más de la esperada. Pero incluso los absurdos ataques de los que aseguraban que los coches eléctricos no eran seguros, y la maniobra del fabricante buscando un nuevo suministrador de baterías, no ha afectado a las ventas de estos modelos, que han continuado con su dinámica.
Un informa de la consultora Barclays Capital, indica que toda esta polémica tendrá un efecto mínimo en las ventas, tanto de los actuales modelos en el mercado, como en los que están por llegar. Incluso la propuesta de Chevrolet de prestar coches convencionales a los propietarios del Volt preocupados por su seguridad, apenas ha tenido una respuesta por parte de 30 propietarios.
Según los expertos, no se trata de un grave problema para GM ni un desafío insuperable, ya que son unas pocas miles las unidades en el mercado, algo insignificante si las comparamos con el problema en el acelerador que supuestamente afectaba a algunos modelos de Toyota, y que supuso la revisión entre 2009 y 2010 de nada menos que 8.5 millones de vehículos, una operación con un coste de 1.500 millones de euros.
Por lo tanto, a pesar del ruido mediático, el Voltgate no ha afectado a las ventas de coches eléctricos, lo que nos indica la fortaleza de la demanda y sobre todo, lo absurdo de una polémica artificial provocada no olvidemos, por un fuego provocado tres semanas después de la prueba, donde además no se han seguido los consejos del fabricante de vaciar la batería después de la misma.
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Fuente:
AOL Energy
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