Un Chevrolet Volt arde después de una prueba de impacto

Las autoridades federales de los Estados Unidos están investigando un inquietante suceso, es el incendio de una unidad del Volt tres semanas después de que esta fuese sometida a un crash test. La agencia encargada, la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) ha requerido a los fabricantes de coches eléctricos, como la propia General Motors, Ford y Nissan, sobre el potencia peligro que puede existir de incendio en las actuales baterías de litio, en la búsqueda de recomendaciones para la reducción de riesgos tanto por parte de los conductores como de los cuerpos de seguridad.

Según la agencia, con esta consulta no están asegurando que los coches eléctricos tengan más peligro de incendio que un coche con motor de combustión, si no que se trata de adaptar los protocolos de seguridad a una tecnología totalmente nueva y al mismo tiempo, diferente a la actual.

El motivo de esta controversia es un Volt, al que la NHTSA ha sometido a una prueba de impacto, donde el Volt ha logrado la máxima puntuación, pero donde el pack de batería ha sufrido una rotura. Según el portavoz de General Motors, la agencia no ha seguido las recomendaciones del fabricante a la hora de manipular el vehículo después de un impacto y según ellos, de hacerlo, se habría evitado el incendio. La recomendación indica que después de un accidente, la batería debe vaciarse por completo, algo que según los portavoces de la agencia, no se le había comunicado en su momento.

Por eso es muy importante una comunicación fluida entre fabricantes y cuerpos de seguridad, especialmente bomberos y servicios médicos de urgencia, para evitar cualquier tipo de problema que pueda empañar la imagen de los coches eléctricos y sobre todo, pueda resultar en daños personales.

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Fuente:
Wired