Hace unas semanas la empresa pública de transporte de la localidad californiana de Long Beach ha firmado un acuerdo con el fabricante chino BYD para la puesta en marcha de una serie de autobuses eléctricos en su ciudad, un contrato valorado en 12 millones de dólares que ha levantado más polémica de la esperada.
Según los detractores, es absurdo apostar esa cantidad de dinero en una empresa que sistemáticamente ha incumplido las fechas de llegada de sus productos y que además no producirá ni un solo elemento de dicho autobús dentro de territorio norteamericano, una asunto que ha supuesto la protesta por parte de los desarrolladores estadounidenses que se quejan del apoyo que ha recibido la empresa china.
Sin duda es un asunto que traerá cola ya que en Estados Unidos hay una buena oferta de autobuses eléctricos, una cuestión que ha favorecido la legislación sobre conversiones que ha dado como resultado una importante cantidad de emprendedores que han puesto en marcha empresas como Proterra, que lleva años fabricando autobuses eléctricos dentro de su territorio, y que ha sido una de las primeras en levantarse para expresar su pesar por que este contrato no haya sido otorgado a una empresa local.
Según los detractores de BYD, el principal problema es que la empresa china apenas tiene presencia real en suelo norteamericano, y son todo cuenta con un importante historial de promesas incumplidas, promesas de instalar una base, promesas de levantar una fábrica, pero la realidad es que las empresas que crean trabajo en la zona se han quedado fuera de este importante contrato.
Como recordamos, BYD ha llegado a un acuerdo con el ayuntamiento de Barcelona que supondrá la puesta en marcha de un autobús eléctrico este próximo mes de julio, una unidad que llegará en formato de leasing y que podemos pensar que su lugar podría ser ocupado por un autobús desarrollado en nuestro país, donde existe tecnología y preparación para hacerlo, y donde la falta de trabajo es cada vez más preocupante.
Por ejemplo recordamos el motor eléctrico desarrollado por la empresa Merkum Energética presentado el pasado año que permite la conversión de modelos en circulación, con el consiguiente ahorro económico, un planteamiento que también podemos encontrar en los Opbrid Bůsbaar de Opril SL, una empresa radicada en Málaga que convierte autobuses y los transforma en eléctricos o híbridos enchufables.
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Fuente | Greencarreports
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