La UE se prepara para acabar con el ciclo NEDC
Desde hace 25 años en Europa medimos las emisiones de un coche mediante el ciclo NEDC. Un sistema cuyo parecido con la realidad es pura casualidad, y que en los últimos años se ha convertido en el objetivo de fuertes críticas.
Estas críticas llegan sobre todo por el plano de las emisiones. Un aspecto que ha pasado del 0 a 100 en pocos meses dentro de las prioridades de los gobiernos. Un mercado el europeo donde los motores diésel se han convertido en la opción mayoritaria, y donde el nivel de emisiones contaminantes ha alcanzado niveles alarmantes.
Uno de los aspectos más escandalosos es el relacionado con la medición de las particulas más peligrosas, como los óxidos de nitrógeno (NOx). Según una investigación de Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) las mediciones realizadas por sus técnicos han demostrado que las cifras reales multiplican hasta por 7 las obtenidas con el ciclo NEDC. Con este sistema sólo 1 de cada 16 coches logran bajar de los 80 gramos por kilómetro.
Pero el problema va más allá de un blando sistema de mediciones que resulta de principio ridículo al realizar las pruebas en rodillos y dentro de un ambiente controlado. La cuestión alcanza niveles que deberían ser constitutivos de delito ya que para realizar las pruebas NEDC, los fabricantes envían a coches con su software modificado para funcionar en un modo de bajas emisiones cuando las ruedas delanteras están sobre estos rodillos, lo que les permite alcanzar un nivel de eficiencia extremo imposibles de alcanzar en la carretera.
Nuevo NEDC
Pero como se suele decir, el chollo está cerca de acabarse. La nueva propuesta se aproximará al ciclo EPA utilizado en Estados Unidos, que nos muestra resultados mucho más cercanos a la realidad. Pruebas que no se realizarán en laboratorio, y que tendrán que realizarse en carreteras reales.
Ahora la cuestión es saber que harán los fabricantes ante el más que previsible incremento de emisiones que teóricamente acarreará este nuevo sistema. Un paso atrás que curiosamente podría tener su impacto para el sector del coche eléctrico.
Por un lado los eléctricos tendrán que enfrentarse a modelos diésel y gasolina, incluso híbridos, que de ciclo mixto las emisiones serán más elevadas. Pero por el otro lado los propios eléctricos no podrán beneficiarse de las actuales autonomías irreales, y tendrán que adecuar sus cifras más cercanas a las logradas por los usuarios.
Lo importante es que si ningún lobby lo impide, en 2017 entrará en funcionamiento este nuevo sistema de mediciones que supondrá un dolor de cabeza a más de un fabricante.
Vía | The Guardian