El pasado mes de marzo durante el Salón del Automóvil de Ginebra el presidente del fabricante británico Aston Martin, Andy Palmer, aseguraba que el DBX podría ser el primer modelo 100% eléctrico de la marca preferida de James Bond.
Ahora lo que era una posibilidad, ha dado un nuevo paso adelante y gracias a una inyección de 200 millones de libras, unos 272 millones de euros, Aston Martin podrá ampliar su línea de producción y poder crear una versión comercial del prototipo mostrado en Ginebra.
La idea es lanzar un todocamino totalmente eléctrico capaz de competir contra futuros rivales enchufables de los fabricantes alemanes, y también para hacerse un hueco que este año inaugurará el Tesla Model X. Los todocaminos de lujo eléctricos.
Pero para ver al Aston Martin DBX en acción todavía tendremos que esperar un tiempo. Concretamente cuatro años, ya que no se espera el lanzamiento hasta 2019. Un periodo de tiempo bastante elevado, durante el que pueden pasar muchas cosas.
La gran pregunta es si el cliente de Aston Martin estará preparado no tanto para un sistema de propulsión eléctrico, que para 2019 ya tendrá en su interior la segunda generación de baterías, sino por un diseño muy atrevido, que mezcla elementos de sus deportivos, con los de un todocamino, y que no acaban de convencer a casi nadie.
