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Toyota quiere demostrar la seguridad de los tanques de hidrógeno, disparando contra ellos

Una de las principales preocupaciones cuando hablamos de la tecnología del hidrógeno es la cuestión de su almacenamiento a alta presión. En un coche normalmente esta alcanza las 700 atmósferas, algo muy a tener en cuenta sobre todo si vamos a movernos con este depósito en un coche a determinada velocidad.

Para intentar disipar estos miedos, Toyota ha realizado una prueba muy gráfica. Ha sometido a uno de los tanques que usará su nuevo modelo, el FCV, a una prueba de impacto poco habitual. Ha disparado una bala de pequeño calibre contra este, que apenas ha realizado unas pequeñas abolladuras en la estructura de fibra de carbono.

 

toyotatank

Según el directivo de Toyota, Bob Carter, se necesitaría el impacto de una bala del calibre 50 para hacer un agujero en el depósito. Aunque es una demostración de fuerza, sin duda que una serie de crash test a diferentes velocidades y en diferentes escenarios nos serviría mejor como ejemplo.

Aprovechando su comparecencia, Bob Carter ha querido dejar un recado a la competencia a raíz de su apuesta decidida por el hidrógeno. Según este, en su momento el resto de fabricantes se echaron las manos a la cabeza por su apuesta en el segmento de los híbridos. Ahora después de 6 millones de unidades, pocos son los que dudan de su acertada decisión.

En 2015 Toyota lanzará su primer modelo a hidrógeno. Las diferencias con el primer Prius son más que evidentes, por lo que comparar ambas estrategias parece un poco absurdo. Para empezar está el precio. La primera generación que llegó a Estados Unidos lo hizo con un coste de 19.995 dólares. Un precio elevado comparado con los modelos equivalentes, pero que ni de lejos llega a los como mínimos 100.000 dólares que costará el FCV.

[blocktext align=»left»]El problema no es el hidrógeno. El problema es que Toyota apuesta sólo por esta tecnología[/blocktext]Otro aspecto será la red de distribución. El Prius puede repostar en cualquier estación de servicio, mientras que a falta de un año para su llegada, el FCV apenas cuenta con un puñado de hidrogeneras en funcionamiento o en proyecto.

Por lo tanto, comparar la llegada del Prius y la del FCV es como comparar el tocino y la velocidad. Ambos comparten marca, cuatro ruedas y poco más. Muchos dudaban de la apuesta por los híbridos en su momento, pero son muy pocos los que ahora lo hacen por su decisión de apostarlo todo por los modelos a hidrógeno.

Vía | Autonews

 

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