Cuando en octubre de 2010 Tesla inauguró la fábrica comprada a Toyota, apenas ocupaba el 10% de los más de 500.000 metros cuadrado que cuenta la instalación.
Muchos se preguntaban para que quería una fábrica de ese tamaño, de la que apenas aprovechaba una pequeña parte. Pero en la mente de los directivos de Tesla, estaba un crecimiento exponencial que poco a poco ha ido permitiendo extender la zona de fabricación. Ahora mismo el uso de esta zona alcanza el 50%. Una capacidad pensada para que a finales de año la producción alcance las 1.000 unidades a la semana.
La llegada del nuevo miembro de la familia, el Model X, supondrá un impulso a las ventas. Sumadas las cifras del Model S y el X, Tesla espera que en 2015 la producción alcance las 50.000 unidades.
Una de las peculiaridades de la instalación, es que gracias a compartir base, Tesla podrá adaptar la producción a la demanda real en muy poco tiempo. Una capacidad de maniobra que será muy importante si por ejemplo, el Model X cuenta con mucha mayor demanda de la esperada, reduciendo de esa forma el ritmo de salida del Model S.
Pero esto es sólo el principio. Con un 50% de la capacidad de la fábrica ya en uso, Tesla tendrá que prepararse para el comienzo de la producción del modelo de acceso. Una versión más económica, que se espera deje en pequeñas las cifras logradas por sus hermanos mayores, ya que las previsiones es multiplicar a medio plazo las actuales cifras de los Model S y X.
Esto nos dice que en poco tiempo, la otrora vacía fábrica de Tesla se quedará pequeña, y es posible que veamos como se pone en marcha otra instalación que atienda a la demanda.
