Esta semana el Parlamento alemán ha aprobado un proyecto diseñado para la promoción del coche eléctrico. A pesar de que eran esperadas, de momento no habrá ayudas directas a la compra, y las medidas estarán dirigidas a facilitar la movilidad y comodidad de los conductores de este tipo de coches.
Gracias a esta nueva ley, los conductores de coches impulsados por electricidad, o híbridos con autonomías de al menos 30 kilómetros en modo eléctrico, podrán utilizar los carriles bus y los reservados a vehículos especiales. Sin duda, un paso importante en las ciudades más congestionadas.
Los eléctricos también tendrán espacios de aparcamiento reservados y gratuitos en las ciudades. La nueva normativa permitirá a los ayuntamientos poder reservar una cierta cantidad de plazas de estacionamiento en los centros urbanos, y que sólo podrán utilizar los modelos eléctricos.
Con estas medidas, el gobierno alemán quiere facilitar las herramientas a las ciudades para que estas puedan tomar las medidas oportunas para reducir las emisiones contaminantes en los centros urbanos. Lo más llamativo es que se trata de un plan a largo plazo, que entrará en funcionamiento a principios del 2015, y que estará en vigor hasta el 2030.
Pero la realidad es que las ventas en Alemania a pesar de crecer por encima del 90% cada año, siguen siendo testimoniales respecto a las ventas de modelos convencionales. Como ejemplo, las 1.135 unidades matriculadas el pasado mes de agosto. Apenas el 0.5% del total de ventas que nos dicen que el coche eléctrico a pesar del desembarco de los fabricantes locales, todavía tiene todo el camino por delante en Alemania.
Esto significa que el gobierno de Merkel tendrá que poner el dinero sobre la mesa, mediante un programa de ayudas directas, si quiere alcanzar el objetivo de 1 millón de coches eléctricos en sus carreteras para el 2020.
Vía | Euractiv