Ayer hemos visto como Henrik Fisker volvía a la primera página de la actualidad, para anunciar el lanzamiento de una nueva aventura en el sector del coche eléctrico. Un regreso de una figura que no ha dejado a nadie indiferente, con un producto que logró lo más complicado, llegar al mercado, pero cuyos fallos de diseño terminaron por enterrar cualquier posibilidad de éxito.
Entre las declaraciones de Henrik Fisker, destacaban las que hacían alusión a que su primer modelo contaría con una batería revolucionaria. Algo que nadie tiene ni ha visto hasta el momento. Sin duda, una forma de llamar la atención.
Ahora según varias fuentes, Fisker estaría trabajando en una batería dotada del elemento milagro, el grafeno. Un material que ha provocado ríos de tinta, pero que de momento no ha logrado dar el salto del laboratorio a las baterías de un coche eléctrico comercial.
Esta nueva batería estaría desarrollada por la nueva empresa fundada por el propio Fisker, Fisker Nanotech. Una start-up de la que de momento no se conocen detalles, y que sería la encargada de diseñar la batería del futuro modelo de la marca.
La cuestión es que Fisker tiene que arriesgar si quiere tener alguna posibilidad de éxito. La idea es presentar un primer prototipo a finales del próximo año, y que vendrá acompañado además de un diseño esperamos que de nuevo atractivo, con una autonomía de unos 600 kilómetros. Una cifra que otras fuentes elevan hasta los 700 kilómetros.
Datos muy genéricos que no suponen nada especial respecto a lo que hay en el mercado, sobre todo si de nuevo Fisker lanza un modelo situado en lo más alto de la oferta a nivel económico. Un segmento dominado por una Tesla que como recordamos, ya ha llegado a los 100 kWh en sus modelos, suficientes para recorrer 507 kilómetros bajo el exigente ciclo EPA. Una cifra que se mejorará con el lanzamiento de las versiones no Performance.
¿Se lanzará Fisker a los brazos del grafeno, o será este un simple movimiento publicitario?.
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Vía | Reuters
