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El suministro de minerales como el cobalto será uno de los retos para la expansión masiva de los coches eléctricos

En los últimos días hemos visto planes de estados como Francia o Reino Unido de prohibir la venta de coches con motor de combustión en 2040. Algo que se espera sirva de catalizador para lograr una expansión masiva de ventas en los próximos años. Pero los fabricantes podrían encontrarse con un problema. La escasez de los materiales que dan forma a elementos como los motores o las baterías.

Un mercado el de las baterías de litio que encara una producción masiva que supondrá un volumen de negocio estimado que saltará de los 30.000 millones de dólares en 2015, a los 75.000 millones en 2024. Y que seguirá creciendo hasta que los coches eléctricos ocupen un según el banco holandés ING, el 100% de las ventas en 2035. Algo que supondrá una escalada sin precedentes en la demanda de materiales para fabricar baterías.

Sin embargo, el camino hacia una tierra prometida de coches sin emisiones parece que estará llena de baches que amenazan con retrasar seriamente el progreso del coche eléctrico. Los fabricantes de baterías están luchando para asegurar el suministro de ingredientes clave, principalmente cobalto y litio. Las esperanzas de los fabricantes dependen de que el sector minero logre encontrar más depósitos de estos minerales.

Mina de cobre y cobalto en el Congo

Trent Mell de First Cobalt, una compañía minera con sede en Toronto, dijo: «El cobalto es difícil debido a la escasez de suministro. No hay muchos productores. Confiamos en lograr nuevos descubrimientos. Está ahí fuera: sólo tenemos que encontrarlos. »

El jefe de Cobalt añadió que su compañía confiaba en hacer descubrimientos en Idaho y Ontario. Los inversores ven la oportunidad de cobrar un papel clave del mineral: el precio de las acciones de la firma canadiense han aumentado de apenas 0.06 a 0.76 dólares canadienses el año pasado.

Esta según los expertos, será la madre de todas las batallas en la cadena de suministros. En el corazón del comercio mundial de cobalto está Glencore. El gigante de metales y minería produce casi un tercio (28.300 toneladas) de la oferta anual mundial. Hasta el 65% de esta oferta mundial proviene de la República Democrática del Congo (RDC), donde la producción de cobalto ha caído este año debido a la inestable situación política. Esto provocó un salto del 90% en el precio del cobalto a un máximo de 61.000 dólares la tonelada a principios de este mes.

Una dependencia del suministro de un único país que para los expertos puede ser un riesgo, y podría conducir a una escasez de suministro a corto plazo.

Esto según First Cobalt, hay grupos como Volkswagen que están acelerando sus planes de cara a contar con una amplia oferta en el sector del coche eléctrico, y se están moviendo para lograr asegurarse el suministro de minerales como el cobalto. Según los expertos, «Los fabricantes se darán codazos por lograr acceder a componentes como el propio cobalto«.

La demanda de otros ingredientes clave para la fabricación de baterías, como el grafito y el carbonato de litio, también está superando la oferta. La actual escasez de litio ha provocado que los precios se doblen desde 2015. La demanda global de litio fue de 184.000 toneladas en 2015, con una demanda del sector de producción de baterías de 40%. Los analistas del Deutsche Bank esperan que la demanda aumente hasta las 534.000 toneladas para 2025, con un 70% de demanda de los fabricantes de baterías Unos depósitos que son más heterogéneos, pero que entre los descubiertos la mayor parte se localizan principalmente en China y Bolivia.

Y es que no sólo serán los coches eléctricos. También las energías renovables, los sistemas de baterías para el hogar, para sistemas estacionarios. La demanda explotará de forma drástica en los próximos años. Y una carrera que ganará el que más rápido se mueva, pero también el que más influencias tenga. Y es que cuando se trata de acceder a recursos en lugares como la República Democrática del Congo, además de dinero podrá hacer falta algo de influencia política.

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Vía | The Guardian

 

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