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¿Supondrá el coche eléctrico el final de los talleres tradicionales?

La llegada del coche eléctrico supondrá toda una revolución para el sector del automóvil. Supondrá cambiar la forma de repostare incluso de conducir. Por supuesto, todos estos cambios afectarán a numerosos sectores, como a la empresas especializadas en recambios para coches de combustión, así como a los tradicionales talleres de barrio.

Los talleres son un tipo de negocio muy sensible a las novedades tecnológicas del sector del automóvil. Hasta los años 80, podían ocuparse del mantenimiento total de los vehículos, pues la electrónica brillaba por su ausencia. ¿Quién no ha ido alguna vez a un taller a que le hagan el cambio de aceite y filtros a nuestro coche o al de un familiar, o lo ha acercado para que le echaran un ojo a una posible avería?

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Con la llegada de la electrónica, tuvieron que empezar a especializarse y a dejar de depender de forma tan fuerte de las partes mecánicas de los coches. La inclusión primero de sistemas de inyección electrónica y de catalizadores en los años 80 dio paso a los EGR y airbags en los 90, al ESP y a numerosos sistemas de seguridad en los 2000, hasta llegar al dominio casi absoluto de la electrónica que podemos observar a día de hoy en los coches. Todos estos cambios han ido haciendo cada vez más complicada la labor de los talleres.

Esta situación se agravará con la llegada del coche eléctrico. Por un lado, la desaparición del motor de combustión le quitará a los talleres el elemento más propenso a ser reparado, pues un motor eléctrico tiene apenas una pieza móvil frente a las decenas de uno gasolina o diésel. Además, la desaparición de las cajas de cambios también simplificará la mecánica del coche eléctrico, haciéndolo mucho más fiable y menos propenso a averías. Además, la electrónica continuará su expansión hasta controlar absolutamente todos los aspectos posibles del vehículos.

¿Supondrá esto el final de los talleres? No tiene por qué. Es cierto que muchos desaparecerán, pero otros tantos se adaptarán a la nueva situación. Gran parte de los ingresos del sector dependen de las reparaciones de chapa y pintura, que se mantendrán invariables con la llegada del coche eléctrico. Además, todavía quedarán partes mecánicas para reparar, como las suspensiones o la dirección.

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