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La transición al coche eléctrico será más importante que la implantación del coche autónomo

Stansec ha publicado un interesante artículo analizando la evolución que sufrirá el panorama automovilístico mundial en los próximos años. Un mercado que lleva existiendo desde hace más de 100 años, pero que sufrirá los mayores cambios de su historia en apenas unas décadas, siendo el periodo comprendido entre 2020 y 2030 la etapa crítica en la que se consumará la revolución en la forma de entender el transporte. Un cambio que, a primera vista, afectará tanto a países desarrollados como en desarrollo, como la India.

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El primer gran cambio que sufrirá la industria será la transición al coche eléctrico. Un cambio que afectará a las raíces del automóvil y que supondrá una modificación de su planteamiento en todos los ámbitos: más allá de las evidentes diferencias a la hora de conducir respecto a un coche térmico, los eléctricos supondrán la conversión de los clásicos talleres y servicios oficiales de los fabricantes, pues al tener muchas menos piezas mecánicas el mantenimiento, el desgaste y las averías serán muy inferiores a los actuales.

Además, las gasolineras irán desapareciendo paulatinamente en favor de los puntos de recarga. Los usuarios ya no tendrán que ir a la gasolinera a repostar su vehículo, sino que se cargará o bien en casa por la noche mientras dormimos en el caso de que tengamos garaje, o bien en la calle en un poste público. Para los viajes largos, las electrolineras con puntos de carga rápida serán la solución elegida para sustituir a las estaciones de servicio actuales.

Todos estos cambios de mentalidad irán acompañados de un cambio en la percepción del automóvil como una propiedad, pasando a ser visto como un servicio de movilidad más. La proliferación de los servicios de car sharing, tanto conducidos por el usuario (por ejemplo, Car2go o el recién estrenado Zity) como con chófer (Uber, Lift…) e incluso para viajes largos (BlaBlaCar), así como los renting, llevarán a la lenta desaparición del coche privado.

Este terreno hará que el siguiente paso, el coche autónomo, sea mucho más fácil de dar, pues ya no se considerará el coche como algo que conducimos nosotros, sino como un servicio más que nos llevará de un punto a otro. Por lo tanto, al igual que las generaciones anteriores compraban casas mientras que a día de hoy muchos jóvenes tienen que optar por alquilar, parece que dentro de unos años la mayoría no se comprará un automóvil, que pasará a ser un capricho para personas adineradas. ¿Un paso atrás o un cambio de paradigma? En unos años lo sabremos.

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Fuente | Stantec

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