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Shell espera que la carga de coches eléctricos y los combustibles alternativos proporcionen el 20% de sus ingresos en 2025

En los últimos meses hemos visto como diferentes empresas petroleras comenzaban pequeñas incursiones dentro de sectores como la recarga de coches eléctricos. Unas iniciativas que en un primer momento podrían ser vistas como simples maniobras publicitarias, o una forma de comenzar a explorar nuevos mercados. Pero ahora desde la anglo-holandesa Shell se ha puesto sobre la mesa que esta apuesta tendrá un peso mucho mayor de lo que podríamos esperar a medio plazo.

En un comunicado enviado a la agencia Reuters, desde Shell se ha indicado que la apuesta por extender las redes de recarga para coches eléctricos, así como la realizada en combustibles alternativos, tendrá un impacto en las cuentas notable ya en menos de 10 años.

Por qué las grandes petroleras temen a Tesla

Según Shell, esperan que para 2025 tanto la recarga de coches eléctricos como los combustibles alternativos, supongan en su conjunto un 20% de sus ventas en todo el mundo. Una cifra notable para un gigante con presencia global que ha sido de los primeros en apostar por la diversificación.

Con un total de 43.000 estaciones de servicio repartidas por 80 países, desde Shell se ha indicado que la estrategia de futuro pasa por su expansión en mercados emergentes, como China o México, al mismo tiempo que se instalarán miles de puntos de recargar en los principales mercados del coche eléctrico. Una forma de afrontar el futuro cubriendo diferentes perspectivas.

Según John Abbott, jefe de marketing de Shell «Seremos parte del liderazgo en la descarbonización del sistema energético. Tenemos que aceptar que este es la dirección que ha tomado el mundo«.

Los datos que maneja la petrolera son bastante clarificadores de la tendencia de mercado. Según sus informes, para 2040 al menos un 25% de los coches que circulen por el mundo serán eléctricos. Algo que supondrá cientos de millones de coches, y por lo tanto de clientes, que dejarán de usar combustibles líquidos para pasarse a la electricidad.

Opinión

A la tendencia al alza de los coches eléctricos, se sumarán un mayor peso de esta tecnología en sectores de uso tan intenso como es el del transporte pesado. Factores que se suman a la volatilidad de los precios del petróleo que hace que las inversiones sean miradas cada vez con una lupa más gruesa. Por su parte el negocio de la venta de electricidad es más estable, ofreciendo un marco cada vez más interesante no sólo como solución de futuro, sino como vemos ya a medio plazo para gigantes como la propia Shell, pero también otros grupos como BP.

Pero las petroleras también se enfrentan a riesgos en este sector, principalmente por la mayor diversidad de competidores a los que se tendrán que enfrentar. El mejor ejemplo es la red que Tesla está desarrollando en todo el mundo, que además de ofrecer una recarga rápida, también se está adaptando para reducir sus costes operativos gracias a la instalación de baterías y sistemas fotovoltaicos. Una red a la que se sumarán muchas otras auspiciadas por los fabricantes de coches y las administraciones públicas, y que supondrá una dura competencia para la propuesta de unas petroleras que pueden jugar a su favor el contar con estaciones de servicio ya en marcha localizadas normalmente en puntos estratégicos.

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Vía | Reuters

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