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Desde IONITY esperan que el tiempo de carga de sus clientes esté entre los 10 y los 30 minutos como máximo

Hace unos meses que ha comenzado el despliegue de IONITY. Una de las redes de recarga rápida para coches eléctricos más prometedoras de cuantas tenemos en Europa. Una iniciativa auspiciada por marcas como BMW, Ford, Mercedes y el grupo Volkswagen, que pretende la instalación de 400 estaciones hasta 2020.

Ahora el director ejecutivo de la empresa, Marcus Groll, ha concedido una entrevista a la prensa alemana. Un encuentro donde desgrana algunas de las principales características de la iniciativa.

Una de las primeras cosas que ha aclarado es que las 400 estaciones no es el objetivo del despliegue, sino el establecido para el inicio de la nueva década. Pero posteriormente continuarán con la instalación de puntos para llegar a cada rincón de Europa. Una red en la que los usuarios tendrán fácil el pago del servicio gracias a un sistema uniforme. Dará igual dónde esté el cliente, si en Noruega o en Polonia, que podrá realizar el abono de su carga de una forma sencilla.

De esa manera cualquier usuario podrá utilizar la red. No será necesario estar dado de alta, lo que facilitará las recarga espontáneas. Un aspecto clave para el desarrollo del mercado del coche eléctrico, y también del uso en desplazamientos más largos.

Otra de las cuestiones clave es el tiempo de uso estimado de cada punto. Para IONITY, sus estimaciones es que los clientes estarán como mucho entre 10 y 30 minutos conectados. El tiempo necesario para tomarse un café, y durante el que podrán recuperar una buena parte de la carga de sus baterías. Esto será gracias a las tomas que podrán trabajar a potencias de hasta 350 kW.

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También se le ha preguntado sobre el origen de la energía. Desde IONITY se indica que el proveedor dependerá de cada mercado, pero intentaran que sea uno que certifique energía de procedencia renovable. Al mismo tiempo indican que están preparándose para instalar baterías de respaldo en las estaciones, para aprovechar la energía nocturna y reducir el impacto de las recargas en la red eléctrica.

A nivel técnico, cada estación estará formada por 6 puntos, y estos se conectarán a un transformador de 1.2 MW. Esto indica no sería suficiente para atender una recarga ultra-rápida de todos los espacios, pero de momento no hay vehículos capaces de aprovechar esa potencia por lo que lo han limitado a un máximo de 200 kW por toma. Suficiente indican para atender la demanda a corto plazo.

En caso de que llegue el momento y la potencia no sea suficiente para atender a todos los vehículos, el sistema cuenta con un limitador que dividirá los kW disponibles entre todas las tomas.

De lo que de momento no han soltado prenda es en el tema de los precios. Todavía no se han fijado, y las recargas en las primeras estaciones continúan siendo gratuitas. Indican que juegan con la ventaja que al usar puntos ultra-rápidos, esto permitirá lograr una mayor cantidad de energía y sesiones por día que una estación de 50 kW. Algo que facilitará acceder a precios más razonables y a una rentabilidad de la propia red. Algo que por supuesto dependerá del mercado, ya que no es lo mismo Noruega, con su amplia flota de coches eléctricos, que España o Italia, donde son casi irrelevantes.

Pero una de las referencias es Fastned. Los holandeses están comenzando su expansión por Europa, y lo hacen con tarifas que para los no abonadas, y en tomas de 50 kW, ascienden a los 59 céntimos el kWh. Una cifra que esperemos que logren mejorar de forma sustancial desde IONITY.

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