Se está convirtiendo en la canción del verano. Hablamos de los problemas que casi todos los fabricantes están encontrando a la hora de fabricar o planificar sus nuevos coches eléctricos por culpa del suministro de baterías. Lo habíamos visto con Renault, con el nuevo Hyundai Kona eléctrico, Volkswagen, Smart…etc. Ahora el último en sumarse a la lista es Mercedes.
Según informa el diario alemán Handelsblatt, el primer coche eléctrico de nueva generación de Mercedes sufrirá un retraso en su lanzamiento. Una llegada prevista para principios de 2019, pero que podría dilatarse hasta como mínimo mediados de ese año por problemas con el suministro de las baterías que llevará este modelo.
Desde Alemania se añaden también problemas técnicos encontrados en los últimos prototipos desarrollados. Algo que ha elevado los rumores sobre uno de los proyectos que a pesar de su tardía, pintaba de lo más interesante dentro de la industria ya que contempla la puesta en marcha de fábricas de coches y baterías dentro de los principales mercados, para atender de una forma lo más rápida posible la demanda.
Estos imprevistos además arrastrarán a los lanzamientos posteriores. Por ejemplo la versión eléctrica del buque insignia de Mercedes, el Clase S, no llegaría al mercado por lo menos hasta 2021. Dos años después del desembarco del todocamino. Un tiempo algo más extenso del previsto en un primer momento donde se contemplaba un margen de un año entre un lanzamiento y el otro.
También se podría ver afectado el interesante EQA. Un compacto que está en plena fase de desarrollo y que se espera se ponga a la venta poco después del EQC.
La respuesta de Mercedes
Desde Reuters se han puesto en contacto con los representantes de Mercedes para conocer su punto de vista respecto a las informaciones de Handelsblatt. Y desde el fabricante alemán se ha limitado a indicar simplemente que no hay retrasos, y que los lanzamientos se producirán dentro de los plazos marcados.
La cuestión es que el camino para la producción de coches eléctricos por parte de las grandes marcas no está siendo un camino de rosas. A su habitual falta de interés, se suma una demanda muy por encima de la capacidad de producción tanto de las marcas, como de los suministradores de baterías. Algo que provoca retrasos en las entregas y que algunos modelos agoten su producción anual después de pocos días de abrir las reservas.
En el caso de Mercedes se suma un proyecto que contempla ofrecer una versión eléctrica de cada uno de sus modelos para 2022, con un total dentro del grupo de lograr llegar para esa facha a 50 modelos electrificados. No solo eso, además debe añadir que a partir de 2020 marcas como Smart dejarán de vender modelos gasolina, pasando a una oferta exclusivamente eléctrica.
Algo que supondrá aumentar todavía más los pedidos de baterías, y que pondrá a prueba las previsiones y las inversiones que en la actualidad están realizando las diferentes marcas.
Vía | Reuters
