En 2017 Renault lazaba una nueva versión de su ZOE, que básicamente suponía la instalación de una batería de amplia capacidad. Esta pasaba de una capacidad útil de 22 kWh, a nada menos que 41 kWh. Y todo en el mismo coche, algo que ha permitido que incluso algunos clientes de primera generación con batería en alquiler hayan podido cambiar su batería por el nuevo pack.
Pero esta batería, producida por LG, parece que contaba con problemas en su ensamblado. Muchos propietarios han confirmado un problema en la batería, en total se estima que hay 7.600 unidades afectadas por este defecto de fabricación. Un error que cubre la garantía de la misma, 8 años o 160.000 kilómetros, pero que está provocando el enfado de muchos usuarios.
El problema se produce después de un tiempo y kilómetros, lo que ha motivado que de momento no hayan sido muchas las unidades afectadas. Este supone que el coche no pueda recargar la batería, ni con una toma de corriente ni tampoco mediante la frenada regenerativa. Dos síntomas que nos avisan de que estamos ante este fallo.
El origen del problema parece estar en el empaquetado de las celdas. Para lograr meter 45 kWh brutos en el espacio donde hasta entonces había unos 26 kWh, Renault y LG han tenido que situar las celdas demasiado cerca. Algo que ha provocado este fallo, y que desde Renault confirman que ya se ha solucionado. El problema es que no indican desde qué fecha están libres de este defecto los ZOE.
Pero el principal problema para los propietarios no es el fallo en si, sino el tiempo de reparación. Renault debe mandar todas las baterías defectuosas a su planta de Flins. La única en Europa capaz de realizar esta operación. Además el proceso de reparación y verificación es muy lento, lo que tiene como resultado una espera para el propietario de entre 70 y 90 días.
Un tiempo que además el cliente puede solicitar un coche de sustitución, pero que será un modelo convencional. Ya que las unidades de sustitución eléctricas son una excepción en la red Renault.
Lo peor sin duda se la llevan aquellos que tengan una unidad con batería en alquiler. Y es que en el tiempo que el coche está en manos del fabricante, el cliente debe pagar religiosamente el alquiler de la misma. No hay cancelación temporal ni compensación posterior. Algo realmente lamentable.
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Fuente | Handelsblatt