Hace tiempo que se rumorea que grandes nombres están detrás de la adquisición de Tesla. Desde Apple, hasta el más reciente de Volkswagen. Un rumor alimentado por la necesidad de dinero de los de Elon Musk, que estos días está volviendo a la actualidad por la confirmación de las reuniones entre Herbert Diess y el propio Musk.
Según los rumores, el propio Diess, que es el director ejecutivo de Volkswagen, estaría interesado en la adquisición de una parte de Tesla, para de esa forma tener acceso a su tecnología de motores y baterías, así como a la costosa tecnología de conducción autónoma. Incluso podría darse el caso de la apertura de la red de Supercargadores a los coches de VW. Unas tecnologías que en el caso de las baterías, ha colocado a Tesla muy por delante del resto de fabricantes que deben acudir a los suministradores asiáticos.
Incluso el diario alemán Manager-Magazin ha publicado hoy mismo una noticia sobre esta posible compra, que ha sido rápidamente desmentida desde Volkswagen mediante una nota enviada a Reuters.
Fuentes cercanas al grupo alemán, indican que el principal problema de esta operación sería lograr el beneplácito de la familia Piech, que controla parte del accionariado del grupo, y que no estarían dispuestos a afrontar un gasto que se estima en torno a los 30.000 millones de euros.
Pero según la propia Reuters, voces dentro del consejo de VW no están de acuerdo con esta posición, e indican de forma anónima que la propuesta de Diess sería más que correcta, y que deberían realizar la compra lo antes posible.
Un desmentido que entra dentro de lo normal en estos casos, y que suele usarse para evitar que las acciones de los americanos se disparasen. Algo que para algunos puede ser una señal de que la operación estaría en marcha.
Y es que no son pocas las voces que indican que se trataría de un movimiento beneficioso para ambas partes. Por un lado Tesla lograría financiación para continuar con su desarrollo, al mismo tiempo que podría acceder a la experiencia de los alemanes en la producción de coches, así como también poder llegar a usar algunas de sus fábricas para producir coches en los principales mercados sin el elevado coste de poner en marcha desde cero una planta propia.
Por su parte Volkswagen ahorraría años de investigación y desarrollo, y podría mezclar su enorme capacidad industrial, su experiencia ensamblando vehículos, con la tecnología de Tesla, para lograr un producto todavía más competitivo. Una posibilidad que el actual director ejecutivo de VW estaría presuntamente usando para presionar al consejo de administración, y no sufrir la suerte de otros CEO, como el de Ford o el de BMW, que se negaban a ver el futuro del coche eléctrico y que han sido relegados de sus puestos.
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