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Biosolar comienza la producción de su batería con un súper ánodo que permitirá duplicar la densidad energética, y reducir los precios

Es interesante echar de vez en cuando la mirada atrás y ver qué pasado con algunos de esos proyectos de baterías milagrosas que amenazaban con revolucionar el sector del coche eléctrico. Pero sin duda más interesante es encontrarse que alguna de estas baterías milagro no sólo han continuado con su evolución, sino que incluso han podido llegar al mercado. Es el caso de la norteamericana Biosolar, que tres años después de presentar su propuesta al público ha iniciado las entregas de los materiales que darán forma a esta batería.

Como recordamos, la clave de esta propuesta se radica en un ánodo de silicio (Si) formado a base materiales orgánicos y polímeros conductores, que permiten utilizar la totalidad de la capacidad convencional de ánodo. Este ánodo promete poder procesarse a partir de agua y solventes ecológicos, lo que elimina los elevados precios de los solventes tóxicos, elimina las altas temperatura de los procesos de secado y agiliza todo el proceso productivo.

Otra de las claves de la batería de Biosolar es el uso de materiales de bajo coste, lo que permitirá reducir el actual coste de producción de una batería. El resultado será un tipo de celdas con el doble de densidad volumétrica,1000 Wh/L, más económicas y que además desde Biosolar indican contarán con una vida útil más larga que las actuales.

Y es que en el plano económico es donde más ambiciosos se han mostrado desde la compañía, y en su momento apuntaban a una cifra de 54 dólares el kWh en celda. Una cifra realmente competitiva que está por confirmar si han logrado alcanzar en esta última fase.

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Unas celdas que están siendo ensambladas en el formato 21700, y que ya están comenzando a ser recibidas por los socios tecnológicos del fabricante californiano, entre ellas la española Ferroglobe, que iniciarán el correspondiente proceso de pruebas y verificación, que pavimentarán el camino a un inicio de su vida comercial que desde Biosolar esperan se produzca a finales de 2020.

Si tenemos en cuenta que las primeras noticias públicas de la compañía datan de 2015, eso nos da una idea de que del laboratorio a la calle, una batería necesita como mínimo 5 años, e incluso en algunos casos 10 años.

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Fuente | Biosolar

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