El sueño de un coche eléctrico dotado de paneles solares es un reto que varios fabricantes persiguen desde hace años. El poder auto recargarse, de verdad, sin duda es un objetivo muy interesante. Pero la realidad es que la eficiencia de los paneles, y la colocación en el cuerpo del vehículo, hacen que esto sea más un sueño que una realidad a corto plazo. Pero algunos usuarios están probando algo diferente para ver si con un remolque pueden solucionar este reto.
Es el caso de un propietario de un Tesla Model 3, que ha adquirido una serie de paneles fotovoltaicos que ha colocado en un remolque. Estos se conectan a una batería que a su ver envía la energía a un inversor que es el encargado de inyectar la electricidad en el coche.
Para ello ha adquirido 8 paneles solares flexibles de 100/120 W, que ya de por si no parece la mejor elección ya que aunque el destino sea recargar un coche, realmente irán instalados en un remolque por lo que podría haber optado por paneles con algo más de potencia, con modelos en el mercado ya superando los 350 o 400W por unidad.
En total la inversión incluyendo el remolque, ha sido de 2.500 dólares, con los que espera lograr el primer sistema portátil y casero para recargar un Model 3.
Pero en este caso de nuevo la realidad choca con los sueños. La potencia máxima teórica de estos paneles es de 800W, una cifra ya de por si baja que supondría arañar unos pocos kilómetros de autonomía cada día. Y eso sin contar con la que perderemos si tenemos que arrastrar el remolque.
Como decimos, es la potencia máxima si todos los paneles contasen con una orientación óptima y en las horas centrales del día. La realidad es que en el mejor de los casos está logrando una potencia de 300W, con la que según el protagonista necesitaría 100 horas para completar una carga de su vehículo, o 10 días. Un cálculo algo extraño ya que supone que en esos 10 días habrá radiación solar completa durante 10 horas al día, cuando las instalaciones logran su máxima potencia solo en las horas centrales. Por lo que en hablamos realmente de un plazo bastante más largo.
Un proyecto que nos devuelve de nuevo a la tierra y nos muestra que la energía solar y el coche eléctrico tienen una gran relación y un enorme futuro, pero aplicar esto en el cuerpo de un coche tiene grandes limitaciones mientras la tecnología no evolucione, e incluso usando soluciones como un remolque tampoco supone una alternativa viable en el aspecto de la economía.
Por supuesto esta iniciativa tiene mucho margen de mejora, por ejemplo con unos paneles más eficientes. Pero supone un enorme gasto que permitiría a un usuario el poder colocar una instalación de 3 o 4 kW en su vivienda, y lograr sacar el máximo partido a la misma en lugar de desaprovecharlo en un remolque.
La conclusión es que todos queremos coches eléctricos y solares, que pronto llegarán los primeros modelos, pero al mismo tiempo debemos ser conscientes de la limitación de la tecnología y no debemos esperar milagros que por ahora son inalcanzables.
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