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La batalla legal entre LG Chem y SK Innovation pone en peligro el suministro de baterías en Estados Unidos

El año pasado LG Chem y SK Innovation, dos fabricantes de baterías de origen coreano, se enzarzaron en una batalla legal que todavía sigue candente: LG Chem acusó a su rival de un presunto robo de secretos comerciales, tratando de impedir que SK Innovation pudiera producir celdas en Estados Unidos o importar los materiales necesarios para su fabricación.

En febrero la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos emitió un fallo preliminar a favor de LG Chem, si bien la decisión final no se conocerá hasta octubre. LG Chem, que planea levantar una fábrica de baterías con General Motors en Ohio, ha contado desde el principio con el apoyo del gobernador de dicho Estado, el cual afirma que es necesario «remediar la competencia desleal de SK Innovation».

De acuerdo con el dirigente, la situación podría amenazar las inversiones de LG Chem y General Motors, las cuales supondrán la creación de alrededor de 1.100 nuevos empleos en suelo estadounidense. «SK Innovation está acusada de robar propiedad intelectual de LG Chem y usarla para competir directamente contra los trabajadores de Ohio».

Sin embargo, los fabricantes Ford y Volkswagen, clientes de SK Innovation, creen que una hipotética prohibición sería muy perjudicial para el suministro de baterías en Estados Unidos. Así, Volkswagen ha declarado que la comisión debería permitir a SK Innovation fabricar celdas en su proyectada planta de Georgia para evitar una interrupción «catastrófica» del suministro.

«El riesgo que corren dichos empleos en Estados Unidos es especialmente inaceptable a la luz de las actuales condiciones económicas causadas por el COVID-19», ha afirmado Ford por su parte. Queda patente pues que esto no es solo una lucha entre dos empresas coreanas, sino también entre dos de los grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (General Motors y Ford).

Las repercusiones de este caso podrían ser globales, y algunos medios especulan con que la única salida viable sería multar a SK Innovation sin llegar a prohibirle la fabricación de celdas en territorio estadounidense, algo que sobre el papel permitiría mantener el suministro de baterías a Ford y a Volkswagen.

Fuente | Reuters

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