En las últimas horas ha saltado a la red una curiosa imagen de un grupo de Volkswagen ID.3 conectados a una serie de portátiles. Algo que muchos han identificado como un proceso de actualización de su sistema y que ha levantado polémica por lo rudimentario de un sistema en la era de las actualizaciones a distancia.
Pero según el youtuber alemán Chris Staffehl, que ha tenido acceso a la zona donde están los coches, lo que estamos viendo no es la actualización sino la instalación del software inicial en los coches que van a ser entregados. Un proceso lento y laborioso que comprende dos fases: una en la que se instala mediante un pendrive USB, que necesita siete horas para ser completada, y una segunda en la que entra en juego un ordenador portátil y es la que vemos en esta imagen.
También explica que frente a los vehículos y sobre la mesa hay unas luces con color rojo y verde. Si la instalación ha sido correcta, entonces se pone en verde y el vehículo se retira para se enviado a la zona de logística como listo para ser entregado a su propietario, si se pone roja, entonces es que el proceso ha fallado y tiene que volver a empezar.
Unos trabajos que se llevan a cabo actualmente en tres turnos, cada uno con 25 trabajadores calificados y algunos asistentes. Según Staffehl, ya se han completado más de 1.000 vehículos lo que desde Volkswagen le han dicho que supone estar un 25% por delante de su objetivo.
Un proceso que algunos indican podría ser una instalación inicial del gestor de arranque que permita contar con el software mínimo para el correcto funcionamiento del vehículo, y que posiblemente Volkswagen ya tenga desde hace tiempo. El problema según los rumores podrían proceder de la actualización a distancia (OTA) que es un proceso mucho más complejo que puede inhabilitar el vehículo en caso de tener algún imprevisto en un proceso que debería completar esta primera instalación y que posiblemente no llegue hasta finales de año o principios de 2021.
Lo que si está claro es que por un lado los coches están preparándose ya por fin para llegar a los primeros clientes, que sin duda es la mejor noticia de todas después de una espera que ha sido más larga de lo aguardado. Pero también deja claro los retos de los grandes grupos con el software, que se ha convertido en todo un desafío de un día para otro después de casi 10 años siendo desarrollado en algunas empresas de la competencia.
Ahora solo queda esperar a que las actualizaciones a distancia del próximo año no den problemas, algo que sin duda sería un duro golpe para Volkswagen que ha puesto todas las esperanzas en el ID.3 como símbolo del cambio hacía una movilidad más sostenible y que es la punta de lanza de un enorme proyecto industrial que supondrá el lanzamiento de decenas de vehículos, así como la puesta en marcha de fábricas de baterías y también la inversión por fin en el desarrollo de software propio para sus vehículos.
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