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Los grupos ambientalistas califican a los híbridos enchufables como «lobos con piel de cordero»

Nacidos como una alternativa intermedia para los clientes que quieren electrificar su día a día, y non renunciar a realizar grandes desplazamientos sin dificultades, los híbridos enchufables se han convertido en una pieza fundamental en la transición de algunos de los principales grupos automovilísticos. Pero ahora estos se enfrentan a las acusaciones de algunos grupos que denuncian que sus emisiones son mucho más elevadas de las declaradas por las marcas.

Así lo han indicado el grupo de presión Transport & Environment y Greenpeace, que en un informe han indicado que las emisiones reales de uno de estos vehículos llegan a los 120 gramos de CO2 por kilómetro. Muy alejado de los 44 gramos que declaran de media los fabricantes que realizan sus mediciones en las poco realistas condiciones de un laboratorio.

Una situación contradictoria ya que los eléctricos híbridos enchufables (PHEV) se venden como una alternativa baja en emisiones y en muchos lugares disfrutan tanto de ayudas públicas a su compra, como beneficios a la hora de acceder a determinadas zonas y su aparcamiento.

Factores que chocan con las muchas veces mal uso de su sistema por parte de los clientes que en muchos casos no recargan nunca su coche, principalmente en los coches de empresa donde la compañía paga la gasolina, pero no la electricidad, a lo que se añade que muchos modelos incorporan una función que enciende de forma automática el motor de combustión en determinadas circunstancias, por ejemplo en días fríos o durante la aceleración, incluso contando con buena parte de la carga en la batería.

Para conocer las cifras reales, se han analizado los datos de más de 20.000 unidades repartidas por toda Europa y cuyos datos han sido compartidos por sus propietarios. El resultado es que un modelo híbrido enchufable tendrá unas emisiones medias durante su vida útil de 28 toneladas de CO2, una cifra que comparan con las entre 39 y 41 toneladas de un modelo diésel o gasolina, o las 33 toneladas de un híbrido no enchufable.

Desde Greenpeace se ha indicado que los híbridos enchufables: «Pueden parecer una opción mucho más respetuosa con el medio ambiente. Pero las falsas afirmaciones de menores emisiones son una estratagema de los fabricantes de automóviles para seguir produciendo SUV y motores diésel y gasolina«.

Por su parte desde la industria del automóvil se indica que «los PHEV brindan una flexibilidad que pocas otras tecnologías pueden igualar con una amplia autonomía para viajes más largos fuera de la ciudad, y el uso de la batería en áreas urbanas, reduciendo las emisiones y mejorando la calidad del aire de las zonas urbanas«.

Una tecnología que indican, está mejorando sus capacidades, ampliando autonomías en modo eléctrico lo que permitirá reducir paulatinamente sus emisiones.

Un problema el del mal uso de difícil solución, ya que sería necesario el examinar si el vehículo ha tenido un uso correcto, lo que supondría monitorizar los kilómetros recorridos y los ciclos de carga y descarga de cada batería. Una tarea titánica que no parece se llegará a realizar.

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Vía | BBC

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