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Los intereses ocultos tras el informe de las emisiones de los coches eléctricos

Una cascada de medios, desde la prestigiosa Forbes, pasando por The Times hasta llegar a Daily Mail, han publicado estos días diferentes versiones de un nuevo informe que no dejaba en buen lugar al coche eléctrico. Tras su conocimiento investigadores y hasta el fundador de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), desmienten las conclusiones del estudio.

Tanto Forbes como el portal especializado Electrek, han advertido de la trampa de los informes que tratan de vilipendiar la imagen verde del coche eléctrico a costa de medias verdades, datos poco fiables e informes donde no había investigadores.

Durante la pasada semana, diversos medios de comunicación de Reino Unido reaccionaron ante las medidas restrictivas para los vehículos de combustión interna, propuestas por un gobierno que ha puesto fecha, 2030, a la venta de coches alimentados por gasolina o diésel.

Rápidamente ciertos medios se hicieron eco de un ‘nuevo’ estudio que afirmaba que un vehículo eléctrico tenía que recorrer 80.000 kilómetros para igualar la huella de carbono de un automóvil de combustión interna, como consecuencia de toda la energía consumida durante su proceso de fabricación.

El informe titulado: “Decarbonising Road Transport: There Is No Silver Bullet” («Descarbonizar el transporte por carretera: No existen balas de plata) fue encargado por un grupo de fabricantes de coches.

Honda, Aston Martin, Bosch y McLaren, están detrás

Tras el estudio se esconden varios fabricantes importantes, empresas de componentes y marcas de lujo para mercados de nicho. Las más conocidas y financiadoras del estudio son: Honda, Aston Martin, McLaren y Bosch.

Pese a que el informe se autoproclama neutral, hace malabares para no parecer inclinado hacia los vehículos propulsados por combustibles de origen fósil. De hecho se llega a incidir en la «descarbonización del combustible, no del vehículo». Esta afirmación es una clara alusión a la supervivencia del concepto de movilidad tradicional, frente al auge del coche eléctrico y la temida irrupción que está suponiendo en el mercado del automóvil.

Pero la realidad indica que este ‘nuevo’ informe ha sido desmentido en múltiples ocasiones. Uno de los mejores ejemplos que restan credibilidad al informe viene del trabajo realizado por Carbon Brief, quienes verificaron los datos de los vehículos eléctricos durante 2019, concluyendo que un Nissan Leaf compensa las emisiones extras de su fabricación tras sólo dos años de uso.

El estudio demostró que el eléctrico emite tres veces menos CO2 en media, respecto a un coche de combustión interna.

Por su parte la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados) realiza una puesta al día trimestral de los mejores coches eléctricos respecto a las emisiones de CO2 incluyendo la energía consumida de una red sucia.

Desmontando el informe

Tras la publicidad recibida por el informe por parte de medios como The Times, Auke Hoekstra, investigador de la Eindhoven University of Technology (Universidad Tecnológica de Eindhoven) utilizó su cuenta de Twitter para criticar un estudio donde no aparecen los investigadores.

El investigador afirma que más que un informe parece un «panfleto publicitario» de una organización anti-VE.

La realidad es que este nuevo informe es, de hecho, la misma información publicada dos meses atrás. El ejemplo de la comparación entre la producción del Polestar 2 EV y el Volvo de propulsión tradicional XC40 declaraba que el primero producía 24 toneladas de CO2 en su fabricación por 14 toleradas del segundo.

Aparentemente las cifras deberían ser ciertas puesto que ambos coches son producidnos en China por Geely. Hasta Polestar hizo pública esta información recientemente en unas sorprendentes declaraciones de su CEO..

A partir del hilo de los tuits de Auke Hoekstra, Michael Liebreich, asesor oficial de la Junta de Comercio del Reino Unido y fundador de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) resume la situación:

«El informe comparó las emisiones de un Volvo XC40 de gasolina y un Volvo Polestar 2, el equivalente eléctrico puro más cercano. Los mayores errores que Auke identificó fueron los siguientes:

1) el informe utilizó cifras de consumo de combustible basadas en el ciclo de prueba de WLTP, pero son bien conocidos por subestimar las cifras del mundo real por un amplio margen;

2) el informe no tuvo en cuenta las emisiones derivadas de la producción de gasolina;

3) el informe no tuvo en cuenta el hecho de que la electricidad en el Reino Unido (como en todos los mercados del mundo) se volverá más limpia durante la vida útil de un automóvil comprado hoy en día; y

4) parecía haber anomalías en la huella de CO2 asociadas con la fabricación del resto de los coche, excluyendo todo el sistema de transmisión.«

Michael Liebreich

Desvelando quién está detrás

La culminación de la controversia la desvela el propio Liebreich mostrando en un tuit la captura de pantalla correspondiente a la empresa de contacto incluida en el informe. Curiosamente la empresa «de contacto» es una subsidiaria de una sociedad registrada bajo al dirección de James Michael Stephens.

J. M. Stephens es un alto directivo de Aston Martin responsable los asuntos gubernamentales y externos de Aston Martin.

https://twitter.com/MLiebreich/status/1332717552888406016?s=20

Uno de los mayores problemas derivados del eco recibido por este, cuanto menos, dudoso informe viene del efecto creado en la opinión pública.

Lamentablemente la vida cotidiana no deja mucho tiempo a las personas pata profundizar en las noticias. Por esto en un gran número de ocasiones la fuente de información es el titular y, como mucho, parte de la entradilla de cada noticia que el contenido de la misma.

La falta de profundización puede conducir a que se perpetúen ciertos esteroripos. Quizás la estratégia del informe de Honda, Bosch y otros promotores del mismo fuera precisamente esa. Llegar al imaginario colectivo sin que nadie leyera las auténticas conclusiones o las comparara con otros estudios mejor documentados.

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