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Europa demuestra la verdad de los híbridos enchufables. Muchas más emisiones y consumo de lo anunciado

La Comisión Europea acaba de publicar los resultados de un amplio estudio, el primero de este tipo, donde se llega a la conclusión de que los híbridos enchufables tienen unos consumos y emisiones muy superiores a los anunciados.

En julio de 2022, la ONG Transport & Environment dio la voz de alarma. Según su estudio, los modelos híbridos enchufables tienen unas emisiones reales de entre tres a cinco veces más que las cifras anunciadas por los fabricantes. El principal problema es que los hábitos de los conductores, a menudo en el contexto de un vehículo de empresa, supone que apenas se recarguen sus baterías, desaprovechando el potencial de este tipo de motorizaciones.

A esto se suma que casi ninguna empresa paga la electricidad de la carga de estos vehículos. El resultado  es que, según la CE, la mayor parte de los coches con este tipo de sistema funcionan sólo en modo gasolina. Y debido al peso de la batería, varios cientos de kilos, el coche consume más que su equivalente con motor de combustión.

La Comisión Europea acaba de confirmar este estudio, con cifras precisas publicadas en una nota de prensa oficial.

La Comisión enfatiza en que desde 2021, todos los coches nuevos vendidos en Europa están equipados con algún tipo de dispositivo de seguimiento. Este último se utiliza en Europa para controlar datos clave como el consumo y, por tanto, las emisiones de CO2. Algo que permite mejorar la precisión de este tipo de estudios.

Luego han usado estos datos y los han comparado con los anunciados por los fabricantes en las fichas técnicas del vehículo.

Híbridos enchufables, un consumo 3,5 veces mayor que el oficial

Como podemos ver en las cifras incluidas en el informe detallado de la Comisión, los híbridos enchufables consumen de media 3,5 veces más que las cifras homologadas. Es decir, un PHEV libera a la atmósfera 3,5 veces más CO2 de lo que se espera sobre el papel cuando se comercializa.

En la práctica, los híbridos enchufables consumen, de media, 5,94 litros de gasolina o diésel cada 100 km. Cifra que comparan con los 1,69 litros/100 km que indica el ciclo de homologación.

La CE comparar estos números con el consumo medio del sector, que en 2021 promediaban un consumo medio real de 7,44 litros/100 km para motores gasolina o diésel, frente a 6,13 litros/100 km de las cifras homologadas.

Dado que el consumo de gasolina afecta directamente a la cantidad de CO2, y otras partículas, que se libera a la atmósfera, los híbridos enchufables tampoco obtienen buenos resultados en el aspecto de las emisiones.

La Comisión Europea anuncia que estos tienen una media de 139,4 g CO2/km. Esto sigue siendo mejor que los coches puramente térmicos, que registran 180,3 g de CO2/km, pero están muy lejos de los 40 g de CO2/km de un coche eléctrico recargado en Francia.

Pero no debemos olvidar que los híbridos enchufables integran una batería cuya producción consume mucha energía. Lo que equivale a anular potencialmente los efectos del menor consumo de combustible respecto a los modelos 100% térmicos si tenemos en cuenta todo el ciclo de vida.

Como solucionar el problema de los híbridos enchufables

La Comisión Europea ya tiene la solución para corregir este importante problema. Se trata de modificar el cálculo del factor de utilidad. Esta es, en conjunto, la duración total de la prueba de homologación realizada en modo 100% eléctrico.

Cuanta mayor sea la autonomía sin que entre el acción el motor de combustión, menor será el consumo de combustible. Por tanto, la idea es reducir este factor de utilidad, para acercarse lo más posible a la realidad sobre el terreno, donde el coche circula regularmente con su motor térmico.

La Comisión Europea prevé reducir este factor a partir de 2025 y nuevamente en 2027. Esto debería permitir reflejar mejor el consumo real de los híbridos enchufables, lo que facilitará la eliminación de las ayudas e incentivos a este tipo de vehículos.

Por supuesto, esto no quiere decir que los enchufables sean una mala alternativa. Si se le da buen uso a su sistema, los clientes podrán moverse en su día a día usando solamente electricidad, y luego echar mano del sistema de combustión para sus viajes más largos.

El problema es controlar a los muchos propietarios que dan mal uso a la tecnología, y que optan por estos modelos únicamente por los incentivos fiscales o por los privilegios para acceder a zonas restringidas por cuestiones de emisiones. 

Un absurdo que como vemos, necesita un control para evitar lo que claramente es un fraude de ley.

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