Guía práctica de mantenimiento para un coche eléctrico
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Publicado: 22/05/2021 08:00
Algunos creen que un coche eléctrico no es más que una batería con ruedas. Y en parte tienen razón, ya que se trata de un componente crítico (tanto física como económicamente) de todo el vehículo eléctrico, y actualmente es el factor más importante que hace que un coche eléctrico sea atractivo para el público en general. Si el coche está equipado con una batería de alto rendimiento a un precio razonable, puede obtener inmediatamente una ventaja competitiva en el mercado.
¿Qué mantenimiento necesita un coche eléctrico?
Al igual que los vehículos convencionales, el mantenimiento básico de un coche eléctrico lo diseña el fabricante. Si tienes un Nissan Leaf o un Porsche Taycan, debes seguir los intervalos de mantenimiento del coche que figuran en el manual del vehículo. Comprueba que las conexiones entre la batería y el motor eléctrico, así como la toma de tierra del vehículo, están suficientemente aisladas. Esta comprobación requiere un equipo especializado y un técnico de vehículos eléctricos, pero no es un trabajo difícil y no suele costar mucho dinero al cliente.
Por lo demás, hay que sustituir el líquido de frenos de un coche eléctrico, así como las pastillas y los discos de freno, aunque éstos se desgastan muy poco debido al frenado regenerativo. El motor eléctrico y la batería suelen estar refrigerados por líquido. Este disolvente, que es casi similar al anticongelante de un automóvil tradicional, debe cambiarse con regularidad, al igual que el anticongelante de un vehículo de combustión.
Consideraciones importantes
La autonomía de los vehículos eléctricos varía mucho en función de factores clave como el peso y la altura del vehículo, el tamaño de la batería y las especificaciones del motor eléctrico. Además, factores como el estilo de conducción, el terreno, las condiciones meteorológicas de una determinada carretera y el aire acondicionado del vehículo pueden influir.
Estilo de conducción
Es importante conducir de forma segura y dentro de los límites legales para aprovechar al máximo la autonomía de tu vehículo.
Un estilo de conducción cómodo y basado en la previsión no sólo es más seguro, sino que nos ayuda a aprovechar al máximo la inercia de nuestro vehículo eléctrico.
Recuerda que cuanto más rápido te muevas, más electricidad utilizarás. Cuanto más fuerte pisas el acelerador o el freno, más energía consume la batería.
El entorno
¿Qué efecto tiene el terreno por el que circulamos en la autonomía de nuestro coche eléctrico? La respuesta corta es que el terreno tiene un efecto directo en la cantidad de esfuerzo que debe realizar nuestro coche y, por tanto, en la cantidad de energía que necesita para conducir.
Circular constantemente por terrenos accidentados, como pistas fuera de la carretera o carreteras de montaña con fuertes pendientes, por ejemplo, hace que aumente la potencia del coche. Como resultado, se utiliza más energía de la que se necesitaría para conducir en una carretera lisa y en buen estado con pocos baches.
El peso del vehículo
En lo que respecta al peso del vehículo, debes saber que el ritmo de descarga de la batería también viene determinado por el peso total de tu vehículo eléctrico, que incluye el número de pasajeros y la carga transportada. Cuanto más peso total tenga el vehículo, más potencia necesitará. Lo mismo ocurre con los sistemas auxiliares que utilizas durante la conducción, como los faros o la calefacción del habitáculo.
El clima
El clima es un factor importante que tiene un impacto directo en la eficiencia de cualquier batería. Las temperaturas de entre 20 y 40 grados centígrados son ideales para los sistemas de almacenamiento de energía. Por ello, los periodos entre cargas serían más cortos en países con climas especialmente fríos e inviernos más largos que en España.
Cuando hace frío, se utilizan más elementos del vehículo que consumen mucha energía, como el radiador, los limpiaparabrisas, el parabrisas térmico, etc. En caso contrario, para garantizar la comodidad de los pasajeros, se utilizará más el sistema de aire acondicionado. Del mismo modo, el vehículo puede utilizar los sistemas necesarios para mantener una temperatura aceptable para la batería.
Las baterías de litio son las más vulnerables a las altas temperaturas
Cuando la temperatura de la batería es superior a la recomendada, algunos vehículos restringen la capacidad de carga para protegerse. Esto puede ocurrir en viajes largos o cuando se utiliza la carga rápida con excesiva rapidez.
La mejor manera de combatir el calor en esta situación es instalar un sistema de refrigeración líquida para las baterías. El dispositivo mantendría la temperatura de la batería lo más baja posible durante el mayor tiempo posible, evitando su degradación. A largo plazo, parece que este método de refrigeración sería estándar en la gran mayoría de los automóviles.