A finales de este año, Nissan cesará la producción de vehículos en su fábrica de Barcelona, de la que hasta ahora salían los modelos Navara y e-NV200. Las autoridades llevan un tiempo barajando varias propuestas para reindustrializar el complejo una vez la marca japonesa finalice sus operaciones, si bien por el momento todavía no se ha tomado una decisión definitiva.
De los cuatro proyectos finalistas, los dos con más probabilidades de llevarse al gato al agua son el liderado por el fabricante de motocicletas eléctricas Silence y el «hub» formado por varias empresas del sector de la electromovilidad (Volta Trucks, QEV Technologies, LUPA Motors, Inzile…). Los otros dos proyectos pertenecen a los fabricantes Ronn Motor y Punch.
En paralelo hay otras dos empresas que se encuentran negociando al margen de la mesa de reindustrialización: un fabricante de automóviles eléctricos de origen asiático y otro no asiático. De acuerdo con algunos rumores, esta última compañía podría ser Rivian, una startup estadounidense que actualmente se encuentra buscando un emplazamiento para establecer su futura fábrica europea.
Probablemente uno de los proyectos más interesantes de los contemplados en la mesa de reindustrialización sea el del antes mencionado «hub» de electromovilidad. Uno de los actores clave de esta iniciativa es el empresario valenciano Enrique Bañuelos, conocido principalmente por ser el expresidente de la inmobiliaria Astroc.
Bañuelos es accionista de QEV Tech Holdings, matriz de QEV Technologies, responsable del desarrollo del Hispano-Suiza Carmen. Recientemente QEV e Inzile acordaron un intercambió accionarial que en la práctica le dará el control del fabricante sueco al empresario español. Esta alianza permitirá reforzar los lazos entre ambas empresas de cara a futuras colaboraciones.
Los planes de las diferentes compañías que conforman el «hub» pasan por compartir la planta catalana para fabricar diversos productos. Sin ir más lejos, QEV está trabajando en el desarrollo de un Small Electric Vehicle (SEV) que podrá emplearse para el transporte de pasajeros (tanto de forma privada como a través de un servicio de carsharing) y de carga.
Inzile por su parte se beneficiará de estos movimientos para expandirse internacionalmente y ganar presencia en Asia, Estados Unidos y Sudamérica. De hecho, la compañía contempla la apertura de una filial en Estados Unidos, país en el que los derechos de propiedad intelectual de QEV Technologies serán transferidos al fabricante escandinavo.
Fuente | El Confidencial
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