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La factura de la electricidad se desploma en España por las nuevas medidas fiscales

En los últimos meses hemos sido testigos como el precio de la electricidad ha marcado máximos históricos en España, empujados por diferentes factores. Desde las cuotas de emisiones, la entrada del gas y su impacto en el absurdo sistema que marca el precio de la energía tomando como referencia la tecnología más cara. Precisamente el gas. Pero además esto todo se sumaba a una importante carga fiscal que ahora ha comenzado a ser desmontada como medida de emergencia.

De momento estas medidas en su conjunto, a las que se sumarán en breve otras, estarán activas hasta el 31 de diciembre, y tendrán como objetivo que el consumidor vea como el recibo baje un 30% respecto a las últimas facturas.

Entre las medidas puestas en marcha destaca la reducción del IVA desde el 21% hasta el 10%. Un movimiento que se ha mostrado insuficiente y que este miércoles se ha completado con la publicación en el Boletín Oficial del Estado de un plan de choque, en forma de real decreto que ha entrado en vigor este mismo jueves, y que ha provocado un aplanamiento en las curvas de precios, principalmente en el tramo punta, donde las cifras eran totalmente disparatadas.

Gracias a esta medida, los clientes han visto como la distancia entre las tarifas en hora punta y la hora más económica, la valle, se ha reducido prácticamente de un día para otro, pasando la distancia entre ambos tramos del 40% del miércoles, al 15% el jueves.

Esto se traduce en que los usuarios que tengan que recargar su coche eléctrico durante las horas punta, por ejemplo en su lugar de trabajo, pagarán mucho menos de lo que estaban abonando hasta ahora, mientras que los que tenían ya el hábito de hacerlo en las horas valle verán reducida su factura, aunque en menor medida.

Pero además de une energía más barata, y el tener que estar menos pendiente del reloj para conectar nuestro coche o poner nuestros electrodomésticos, el término de energía (la parte variable de la misma) también se desplomó de forma importante del miércoles al jueves.

En el caso del tramo más costoso ha visto como el coste cayó un 25 %, mientras que el llano se ha anotado un pequeño descenso del 0,8 %. Eso si, en el lado negativo está la subida que ha vivido este término fijo en el horario más económico, que ha subido un 7,8 %.

Pero esto se compensará también con la nueva reducción que tendrá el impuesto de electricidad, que pasa hasta fin de año del 5,11 % al 0,5%.

A esto se añadirá también la reducción de los costes regulados. Una serie de impuestos que debemos pagar en nuestra factura de la luz y que ayudan a que entender la factura sea casi imposible. Dentro de estos costes podemos encontrar impuestos del estado, tasas que son obligatorias para el 100% de los usuarios. Incluso ni no gastamos ni un solo kW al mes (por ejemplo, si no vivimos en la casa) tendremos que pagar igualmente estos gastos.

Unos gravámenes que según los expertos suponen entre el 55% y el 60% del valor total de nuestra factura, y que ahora se repartirán entre los consumidores y las empresas eléctricas. Aspectos como la potencia contratada, los peaje de acceso, alquiler de equipos, incentivos a las renovables, retribuciones a la Red Eléctrica de España y el OMIE, el operador del mercado, así como el infame déficit de tarifa.

Ahora queda por ver tanto la reacción de las empresas eléctricas ante este agresivo movimiento del gobierno, como también la extensión de las mismas, ya que de momento el grueso están aprobadas hasta el 31 de diciembre. Momento en el que suponemos que dependiendo del coste del mercado mayorista, el gobierno decidirá si ampliar o no estas medidas que rebajarán de forma sustancial desde ya mismo la factura de la luz en España.

Unos costes que a medio y largo plazo deberían seguir bajando de forma natural por la entrada en acción de las nuevas instalaciones de energías renovables, que deberían permitir a una potencia como España lograr unos costes energéticos mucho más competitivos para no sólo lograr detener la sangría económica de los particulares, sino hacer más competitivo el sector industrial en un momento donde actividades como la automoción vive un momento de transición donde el coste del MWh puede determinar la implantación o no de nuevas instalaciones.

Fuente | Miteco

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