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Un estudio indica que el 60% de los vehículos comerciales ligeros en Europa ya podrían ser eléctricos

La presión al alza de los combustibles, que no parece tener fin, está poniendo en serios aprietos a una Europa altamente dependiente de los carburantes. Algo que está viviendo de primera mano el sector logístico que ve como el coste del diésel se ha disparado. La movilidad eléctrica es una alternativa y según estudio del  suministrador de soluciones telemáticas para la gestión de flotas Geotab, puede ofrecer potenciales beneficios como un ahorro económico y de emisiones.

Así lo indican los resultados de un estudio que ha analizado durante un año los datos de movilidad de 46.000 turismos y vehículos comerciales del sector de la logística en 17 países europeos. Un análisis que ha determinado que en la actualidad el 60% de los turismos y vehículos comerciales ligeros de las flotas de reparto ya podrían ser sustituidos por alternativas totalmente eléctricas.

Entre los beneficios que tendría el cambio a los sistemas eléctricos destacan aspectos como los ahorros. Con una vida útil estimada de siete años por vehículo, los vehículos analizados habrían logrado en conjunto un ahorro de 261 millones de euros.

Unos datos bastante conservadores que se han tomado según los costes de la energía durante el periodo que ha durado el análisis, entre el 30 de diciembre de 2020 y el 30 de diciembre de 2021, momentos principalmente a finales de 2021 donde el precio de la luz estaba ya disparada, pero los combustibles todavía no habían llegado a los máximos históricos actuales.

Según los datos, las flotas podrían lograr un ahorro medio de 9.508 euros por vehículo y año durante un período de siete años. Cifra donde no se incluyen las ayudas públicas a la adquisición de los propios vehículos, ni tampoco las posibilidades de instalar energías renovables en las bases para compensar el consumo de los vehículos.

En el aspecto ambiental, la sustitución de los modelos diésel por eléctricos permitirían evitar arrojar a la atmósfera de media más de cinco toneladas de emisiones de CO2 por vehículo.

Según el estudio, un vehículo eléctrico puede cubrir el 86% de las necesidades de autonomía diaria de las flotas en Europa el 98% del tiempo. Esto quiere decir que un aspecto crítico como es la autonomía, que frena muchas de las ventas, ya no es un problema para la mayoría de las flotas ligeras.

Por supuesto también está la cuestión del precio, donde los incentivos públicos hace que en unos mercados la inversión se rentabilice antes que en otros. No nos olvidamos de la crucial cuestión de la red de recarga, que es otro de los retos a superar y que faciliten las decisiones de las empresas de logística a comenzar su inevitable transformación.

Fuente | Handwerksblatt

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