El último protagonista de nuestra prueba de autonomía ha sido el Mercedes-Benz EQA. La alternativa más económica de hacerse con un Mercedes eléctrico en un SUV compacto (segmento C) deriva del exitoso GLA térmico. Una propuesta que destaca por factores como su diseño y elevado nivel de acabados, al que hemos podido someter a nuestra exigente prueba de autonomía entre el 80 y el 15% por autovía a 120 km/h GPS.
Se trata como recordamos de un test muy duro por el exigente perfil del recorrido con constantes subidas y bajadas, al que previamente se han enfrentado modelos como el Tesla Model 3 Long Range Dual Motor (2019) el Tesla Model Y Long Range Dual Motor (2021) el Cupra Born de 58 kWh, Ford Mustang Mach-e GT y el KIA EV6.
En el breve periodo de tiempo que hemos tenido esta unidad, una unidad cedida por un lector que no procede ni de la marca ni de concesionario y que cuenta con apenas 4.000 km en su marcador, que hemos conducido durante una jornada para conocer tanto su eficiencia, como también su propuesta dinámica, así como calidades y equipamiento.
Prueba Mercedes EQA: Exterior e interior
Sin duda, lo primero que llama la atención es su diseño exterior. Un aspecto muy cuidado donde las formas redondeadas toman el protagonismo casi total en una extensión del lenguaje de diseño de la marca alemana, que ha podido llevar al extremo su trabajo gracias a factures como la parrilla delantera cerrada. Algo que permite diferenciar al EQA de sus hermanos térmicos en un conjunto que seguro gusta incluso a muchos a los que los SUV no les entra por lo ojos.
Destacar del exterior la posición de la toma de recarga, que se sitúan sobre la aleta trasera derecha. No es el mejor lugar, ya que obliga al conductor a tener que ir hasta el otro lado del vehículo para conectar, pero tampoco es la peor, ya que permite dejar el coche lo más cerca posible del punto de carga. Un punto a su favor.
En el interior como era de esperar nos encontramos con un espacio lleno de buenos acabados y calidad por todos lados. Incluso disponemos de un sistema de iluminación de ambiente que nos permite configurarlo a nuestro gusto en tono y color.
El espacio para los ocupantes es bastante mayor de lo esperado para un modelo de 4.46 metros de largo. Tanto en las plazas delanteras, como también en unas traseras que destacan por su comodidad. Algo que no suele ser muy habitual en los coches eléctricos que suelen penalizar a los ocupantes de la zona posterior con asientos más duros o elevados. En este caso, nos encontramos unos asientos muy cómodos y que sujetan perfectamente a los dos ocupantes. En caso de llevar a tres, el del medio no disfrutará de esa comodidad.
No podemos extender lo del espacio a la zona de carga en el maletero, que se puede convertir en el principal hándicap del EQA. Y es que los apenas 340 litros de capacidad son muy pocos para un SUV con aspiraciones familiares. Cifra que se queda muy por detrás de rivales como el KIA e-Niro, con 421 litros, los 520 litros del Audi Q4 etron. Incluso se coloca por debajo de los 361 litros del Hyundai Kona eléctrico. Un modelo más de 28 centímetros más corto que el Mercedes.
Esto se debe a factores como no contar con un espacio bajo la bandeja. No hay doble fondo donde guardar cables ni donde quitar la propia bandeja para llevar bultos de mayor tamaño. Al menos si podremos plegar los asientos de forma individual para crear una zona que con la banqueta trasera plegada supera los 1.300 litros.
Por lo demás, destacar el diseño y calidad de la zona del conductor y acompañante, donde nos encontraremos tanto con un ejército de botones físicos, que incluyen botones tradicionales, con pequeñas pantallas capacitativas, así como pantalla táctil e incluso control por voz. Una forma de satisfacer las necesidades de toda clase de clientes, pero que tiene como resultado un aspecto algo desfasado y muy tradicional. Por supuesto, una cuestión de gustos.
Mención aparte tiene el sistema de levas, que nos permitirá adaptar la dureza del sistema de frenada regenerativa, y que en su máxima potencia nos permite conducir realmente con un único pedal, superando la potencia de sistemas como el de Tesla o BMW.
Dentro de los equipamientos, a pesar de hablar de un coche de más de 50.000 euros, hay que destacar que para acceder a un sistema de apertura de manos libres tendremos que pagar un pack Premium, que tiene un coste de 2.922 euros. Incluso si queremos cámara en la marcha atrás, será en un pack Advantage, que tiene un coste de 2.262 euros. Por lo tanto, el precio final posiblemente sea bastante más elevado que el base.
Mercedes EQA: conducción y autonomía
La cesión ha sido muy corta, por lo que no entraremos demasiado en detalle sobre el funcionamiento de los sistemas de info-entretenimiento ni las muchas configuraciones disponibles. Por lo que hablaremos de las sensaciones de conducción y los resultados de la prueba de autonomía.
En este caso como era de esperar, el EQA es un SUV que se mueve de forma muy suave y cómoda a baja y media velocidad. Cuenta con unas suspensiones blandas que absorben perfectamente las imperfecciones, y que se suma a in interior muy bien aislado. Algo que tiene como resultado una conducción muy relajada.
El motor como recordamos cuenta con una potencia de 140 kW (190CV) que le permiten moverse con bastante agilidad y completar adelantamientos sin problemas. Un motor que se ve perjudicado ligeramente por la falta de precisión de un acelerador que hasta que te acostumbras, te hará dar acelerones y frenazos involuntarios perfectos para marear al resto de ocupantes. Por lo tanto, al menos al principio es muy recomendable llevar unas bolsitas por si alguien se marea y evitar la furia del dragón sobre la tapicería.
Tampoco muy destacable el comportamiento por autovía, donde el EQA sufre por sus suspensiones blandas y donde si tenemos un mínimo de viento lateral, notaremos que el coche no para de moverse de la trayectoria. Algo que nos obligará a estar constantemente corrigiendo la trayectoria y que puede resultar algo molesto en viajes largos, donde hemos echado en falta algún sistema de ayuda a la conducción que mantenga el coche dentro del carril.
Como hemos comentado, la prueba se realiza en nuestro circuito habitual donde llevaremos a los coches desde el 80 al 15% de carga a 120 km/h GPS. Un trayecto muy exigente con fuertes pendientes de bajada en un circuito circular de 33 kilómetros por lado. Un lugar donde circulamos hasta llevar al 15%.
¿Por qué esta prueba y estas cifras? La respuesta es que en un viaje nunca usaremos el 100% de la batería. Primero por una cuestión práctica y es que esto solo lo podremos hacer después de una larga sesión de carga donde llevar el coche al 100%. Algo que como sabemos puede necesitar varias horas ya que cuanto más alto es el nivel de carga de la batería, menor es la potencia que acepta. Por eso entre el 15 y el 80% lograremos la mejor relación tiempo/autonomía posible. Algo que por supuesto, dependerá de cada coche con algunos capaces de mantener elevadas potencias hasta el 90%.
La segunda razón es que para preservar la vida de la batería no es recomendable ni llevar la carga hasta el 100%, y muchísimo menos hacerla bajar hasta el 0%. A partir del 20% ya estaremos entrando en territorio peligroso para la batería. Añadir un extra y es que con un 15% en la batería, tendremos margen por si la estación en la que tenemos pensado cargar esta ocupada o fuera de servicio.
Prueba de autonomía Mercedes-Benz EQA: resultados
En este caso el EQA se han enfrentado a la prueba en unas condiciones climatológicas óptimas. Una temperatura exterior de 25 grados, cielo despejado y un poco de viento. Algo que permitirán sacar el máximo partido a los 66.6 kWh útiles de la batería que monta el SUV alemán que ha contado con un mejor escenario que las anteriores pruebas, principalmente del Cupra Born que se enfrentó a una ola de frío.
La circulación como hemos comentado ha sido a 120 km/h GPS de forma constante, solo teniendo que reducir velocidad al final de cada tramo después de 33 kilómetros para regresar por el mismo camino pero en la otra dirección.
El resultado final es que el EQA ha logrado recorrer 195 kilómetros entre el 80 y el 15% (un 65% de batería) con un consumo medio de 22 kWh a los 100 km y restando en la reserva 53 kilómetros.
Esto coloca al Mercedes por encima del KIA EV6, que en el mismo recorrido ha promediado 22.6 kWh a los 100 km (un 2.73% más) y que habría permitido al EQA lograr una autonomía estimada de unos 250 kilómetros con una carga completa en estas circunstancias (120 km/h).
Una cifra que podríamos decir que es mejor de lo que habríamos esperado, y que colocan al modelo alemán en una buena situación solo por debajo el Cupra, un modelo más pequeño, y de los de momento reyes de la prueba, los Tesla Model 3 y Model Y.
Un EQA que tiene en su baja capacidad del maletero, y un precio que arranca en los 53.795 euros, y al que tendremos que añadir algunas opciones si queremos acceder a una unidad como la probada, que incluye el paquete AMG (+3.121 euros) la pintura Azul denim (+840.95 euros) paquete Premium (+2.922 euros) y que llevan el precio de configurador de esta unidad hasta los 60.680 euros, como sus principales puntos a mejorar.
Una alternativa compacta, con un diseño atractivo, unos acabados intachables, que está teniendo una buena acogida por parte del público en España que le han colocado hasta el mes de julio en el puesto 11º de los coches eléctricos más vendidos este 2022, superando a modelos como el Dacia Spring, Cupra Born, Renault ZOE, Volkswagen ID.4…y por supuesto, superando en ventas a todos sus rivales de segmento.
Algo que puede tener que ver además de su propuesta, también con los fuertes incentivos que los clientes pueden lograr en el concesionario, donde el precio final suele variar de forma importante respecto al del configurador.
Prueba apoyada por la red de carga de Wenea