La carga rápida de coches eléctricos se ha convertido en una de las piezas fundamentales para el futuro de la tecnología. Una tecnología que no para de evolucionar con sistemas cada vez más rápidos y eficientes y que esta semana ha visto como se presentaba la propuesta del gigante chino Geely, propietaria de marcas como Volvo, Polestar y Zeerk entre otras.
Este sistema de carga permite llevar la potencia máxima hasta los 600 kW y ha sido desarrollada por la filial de Geely, Viridi E-mobility Technology (VREMT). Un cargador rápido capaz de inyectar hasta 300 km de autonomía en solo cinco minutos.
Según el fabricante, esta tecnología será capaz de ser un 20% más rápido y es capaz de agregar un 30% más de autonomía que los mejores cargadores actualmente en el mercado. Un salto adelante realmente llamativo en un sector muy competido.
Estas elevadísimas cifras de potencia se han logrado gracias al uso de un potente sistema de refrigeración líquida, que permite que una estación que puede ser manipulada por cualquier usuario logre cifras de potencia dignas de un punto industrial para vehículos pesados.
De momento sabemos que el único modelo capaz de sacar el máximo partido a este sistema será el nuevo Zeekr 001, que llegará en 2023 a Europa, y que logra exprimir los 600 kW de potencia gracias a su batería Qilin de CATL. Una celda con unas capacidades muy avanzadas que comenzarán su producción en masa el próximo año.
De acuerdo con las estimaciones iniciales, estas baterías podrán admitir tasas de carga de hasta 4C, por lo que los vehículos que las equipen deberían poder pasar del 10 al 80% de autonomía en apenas 10 minutos.
Unas baterías que destacan por aspectos como su elevada densidad energética que además añaden elementos como protección estructural, y donde tanto las conexiones de alto voltaje y las ventilaciones térmicas se distribuyen estratégicamente para permitir aumentar la capacidad de la batería en un 6%.
Esto tendrá como resultado que los modelos que instalen esta batería, como el propio Zeerk 001 y las propuestas que llegarán después de este, serán capaces de alcanzar una elevada autonomía, hasta 1.000 kilómetros bajo el ciclo CLTC, y además podrán acceder a cargas ultrarrápidas que en apenas 10 minutos le permitirán recuperar en torno a los 600 o 700 km.
Cifras que acercan a estos modelos a los números de un coche con motor de combustión, donde habitualmente entre el repostaje y el proceso de pago se suele tardar poco menos. Y lo mejor de todo es que no hablamos de un prototipo, sino que es una tecnología que ya ha entrado en producción y que verá como en los próximos meses se activan las primeras estaciones en China, que previsiblemente darán el salto a Europa con la llegada de Zeerk a nuestro mercado.
