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Una tecnología desarrollada para la NASA puede reducir los tiempos de recarga de coches eléctricos, pero no a todos

Seguramente el titular te suena, pero lo has visto de otra forma en otros medios. Ahora entenderás la noticia. Nos tenemos que remitir a una nota de prensa de la agencia espacial de Estados Unidos, «Cooling Technique Developed for Space Use Makes Charging Electric Cars on Earth Quicker and Easier», traducible como «Una técnica de refrigeración desarrollada para uso espacial hace que la carga de coches eléctricos en la Tierra sea más rápida y sencilla».

Futuras misiones en el espacio van a necesitar sistemas de transferencia de calor mucho más eficaces que los actuales para permitir condiciones habitables tanto en naves espaciales como en futuras colonias lunares o marcianas, así como permitir una reducción de tamaño y masa de dichos sistemas. La división de Ciencias Físicas y Biológicas de la NASA apoya a un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue desde hace hace más de 20 años.

Se trata del equipo formado por Issam Mudawar, Betty Ruth y el profesor de ingeniería mecánica Milton B. Hollander. ¿De qué nos deberían sonar esos nombres? De un proyecto del que os hablamos el año pasado, en el que también está participando Ford Motor Company, que pretende conseguir un cable que soporte intensidades de carga muy elevadas sin sobrecalentarse. Es una de las aplicaciones de la refrigeración en dos estados. El equipo ha ido cambiando en todo este tiempo, pero en todos ha participado el mismo Issam Mudawar; eso es tenacidad.

El profesor Issam Mudawar lleva trabajando en esta tecnología durante años, como prueba esta imagen de archivo (2004) – Fotografía: Purdue News Service/David Umberger

El experimento de flujo de ebullición y condensación o FCBE da una vuelta de tuerca al concepto del cable refrigerado por líquido, al utilizar un agente refrigerante que funciona tanto en estado líquido como gaseoso, aumentando la transferencia de calor. Esta tecnología ya ha sido probada en un entorno de microgravedad en agosto de 2021, y los datos empezaron a estar disponibles a principios de año.

Allá por enero, el equipo de investigadores liderado por Issam Mudawar reveló que la tecnología podría estar lista para usos comerciales en 2023. En laboratorio se han conseguido intensidades de recarga de 2.500 amperios, muy por encima de los cables de cargadores ultrarrápidos y megacargadores actuales, y la tecnología está en proceso de patente.

Cuando esté esa tecnología disponible, el beneficio que habrá sobre la flota existente de coches eléctricos será la misma: ninguno. De todos los componentes que intervienen en la recarga, desde la acometida a la red eléctrica o batería de respaldo, hasta las baterías de un vehículo eléctrico, el más lento determina la velocidad de todos los demás. Por eso, dará igual que el cable de recarga admita 500, 2.500, o 5.000.000.000 amperios (exagero).

Lo que sí permitiría la tecnología es eliminar el cuello de botella en el trayecto que hay entre el cargador y el puerto de recarga del vehículo, evitando que los cables se derritan al transferir intensidades de corriente tan elevadas, y sin que los cables sean pesados, gruesos e incómodos de manipular. Eso ya os lo hemos contado.

Las aplicaciones prácticas se esta tecnología se notarán cuando todos los eslabones de la cadena puedan resistir intensidades tan elevadas de recarga, especialmente interesantes para vehículos de gran consumo como serán los camiones, barcos, aviones y grandes máquinas industriales. En los turismos sería posible llegar a la mítica recarga a velocidad absurda (5 minutos), pero a expensas de usar componentes muy caros.

De poco serviría que el cable de recarga admita 2.500 amperios si al meter esa intensidad en las baterías se incendian o explosionan

En consecuencia, por mucho que la NASA haya puesto su granito de arena, apoyando al profesor Mudawar durante dos décadas, los coches eléctricos que pueden recargar hoy día hasta 350 kW -y son pocos, como el Rimac Neveraseguirán haciéndolo al mismo ritmo aunque se patente y comercialice el cable con refrigerante en dos estados. El cuello de botella no está ahí, la mejora no va a ser en ningún caso retroactiva, aunque podría mejorar el rendimiento de los cargadores y en ocasiones su velocidad, siempre y cuando sean ellos el cuello de botella y no otros componentes.

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